En el principio fue la palabra, el verbo que nos hizo distinguirnos de las demás especies y con este precepto los griots, desde épocas milenarias, han cantado la historia de sus pueblos oriundos de Malí. Contagiados por lo rítmico del continente africano, los griots fueron dados a conocer al mundo por las investigaciones de Lucy Durán, profesora de la Universiad de Londres, quien en los años 80 del siglo pasado fue la curadora de la colección universal del archivo nacional de sonidos del Museo Británico.

El arte y la sensibilidad de esta especie trovadora forma parte de la programación del Festival del Centro Histórico, y se presentarán en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris los días 22 y 23 de marzo a las 20.30 horas.

Subirán al escenario Ballaké Sissoko, virtuoso de la kora, especie de arpa con una veintena de cuerdas verticales; Kasse Mady Diabaté, considerado el más grande los cantores griot, y los integrantes del trío Da Kali.

Los griots entonaban sus cantos acompañados por tambores para hacer más ligera la faena del campo, sostuvo Durán en videoconferencia desde la capital británica. El mundo se ha enamorado de sus cantos, por lo que grabó un disco, que hace 12 años fue nominado a un Grammy.

En cuanto a Durán, entre otras actividades, ha propiciado la colaboración de grandes artistas africanos con sus colegas de otras latitudes musicales, como Toumani Diabaté con Ketama, y Kasse Mady, Toumani y Lassana Diabaté con el blusero Taj Mahal.