El asteroide 2013 TX68 pasó ayer a una distancia relativamente muy cercana a la Tierra. El objeto se colocó a poco más de 4 millones 92 mil kilómetros de nuestro planeta, distancia relativamente pequeña en términos de medidas astronómicas. La longitud representó más de 12 veces la distancia de la Tierra a la Luna, que es de 384 mil 400 kilómetros.

Entrevistado respecto de este fenómeno, José Daniel Flores Gutiérrez, investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), detalló que estos objetos son catalogados de peligrosos para la Tierra, debido a la corta distancia astronómica a la que pasan.

Los científicos han calculado que existen entre 40 mil y 50 mil objetos (asteroides o cometas) cercanos a nuestro planeta, de los cuales unos 4 mil son verdaderamente peligrosos con el riesgo de una posible colisión.

Los primeros cálculos en torno a 2013 TX68 –descubierto en 2013– presagiaban un posible impacto de éste con la Tierra para el 28 de septiembre de 2017. Aunque con un mayor análisis de los datos matemáticos y de la trayectoria del asteroide, hace unos días se dijo que esa posibilidad es prácticamente nula, resaltó el investigador universitario.

La piedra espacial pudo observarse (con potentes binoculares) a las 21 horas de ayer cerca de la constalación de Orión.

Sin riesgo de choque hasta ahora

Flores Gutiérrez señaló que estos objetos se mueven a una velocidad promedio de 30 kilómetros por segundo, aunque pueden llegar a alcanzar hasta 70 kilómetros por segundo.

Mencionó que de los asteroides descubiertos hasta ahora no existe riesgo de que alguno de ellos se acerque a un posible choque con la Tierra. De acuerdo con los cálculos científicos habría una remota opción de que esto pasara en el año 2117.

El paso cercano a la Tierra de 2013 TX68 y la observación que se haga del mismo significa la manera de apreciar el éxito que ha tenido el pensamiento humano para tratar de entender los fenómenos naturales que se suscitan más allá del planeta. El investigador agregó que la cercanía del asteroide permitirá definir y hacer mejores cálculos.

Un choque de este tipo liberaría una cantidad de energía dos veces mayor a la que estuvo expuesta la atmósfera por el impacto del meteorito ocurrido el 15 de febrero de 2013 en la ciudad de Cheliábinsk.