El embajador Jorge Eduardo Navarrete dijo haber visto con sorpresa desagradable los 22 nombramientos de embajadores y cónsules que el presidente Enrique Peña Nieto remitió al Senado para su ratificación, pues cerca de la mitad no provienen de la carrera diplomática y por tanto carecen de antecedentes profesionales en las relaciones internacionales.

En tanto, senadores de los partidos Acción Nacional (PAN) y del Trabajo (PT) lamentaron que se haya optado en los recientes tres sexenios por personal ajeno al servicio exterior, amigos y compadres del Ejecutivo federal, que incluso se han visto involucrados en escándalos y corruptelas.

En la historia de la diplomacia mexicana siempre ha habido políticos. José López Portillo envió a su antecesor, Luis Echeverría, como embajador en Nueva Zelanda y las Islas Fidji, para mantenerlo lejos de su gobierno. También habilitó en España a Gustavo Díaz Ordaz, pero éste se regresó a México 11 días después de haberse presentado ante el rey Juan Carlos.

En entrevista, Navarrete López criticó que nuevamente se acuda a la designación diplomática para reparar o compensar algún movimiento en el equipo de trabajo del titular del Ejecutivo.

Interrogado en torno al nombramiento del ex gobernador y ex secretario de Agricultura Enrique Martínez y Martínez como embajador en Cuba, puso en duda que esta persona vaya a cumplir su función con la prestancia y relevancia con que ha actuado Juan José Bremer.

Representante de México en Alemania, China y Chile, entre otros países, Navarrete López recordó que algunas de las figuras más celebradas de la diplomacia mexicana no han provenido de este campo, como Alfonso Reyes y Octavio Paz. Pero entre los nombramientos de la semana pasada no hay ninguna personalidad relevante que le lleve a uno a decir: Qué bueno que se le designe como representante diplomático.

Durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón muchos cuadros políticos fueron habilitados como diplomáticos. Los ex senadores panistas Gabriel Jiménez Remus y Jorge Zermeño, además del ex gobernador de Jalisco Francisco Ramírez Acuña, ocuparon la embajada de España en los 12 años de gobiernos panistas.

Otros trascendieron por los escándalos en que se vieron envueltos. Nombrado por Fox como representante ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con sede en París, Carlos Flores Alcocer no tenía ninguna experiencia diplomática. Era muy cercano al guanajuatense; lo acompañó en su campaña a la presidencia de la república y logró que lo hiciera embajador, pero sólo por cinco meses.

Luego de que se hizo público el derroche de recursos en la representación diplomática, con la pretensión de adquirir una casa de más de un millón de euros en el centro de París y la compra de colchones de 6 mil dólares, Fox tuvo que despedirlo en enero de 2004. Se quedó sin embajada, pero obtuvo el mote de embajador dormimundo con el que hoy se le recuerda.

La situación no cambió con Enrique Peña Nieto. Por lo contrario, sostiene el senador Manuel Bartlett, se ha llegado a la degradación del servicio exterior mexicano, con el nombramiento de compadres y amigos sin experiencia para desempeñar un cargo relevante para el país.

Los casos más sonados son el de Diego Gómez Pickering, colaborador en su campaña presidencial, a quien nombró embajador ante Inglaterra y ahora, poco más de un año después, lo propone como cónsul en Nueva York. Fue quien incluyó a Porfirio Díaz en el grito de Independencia el 15 de septiembre de 2014 en Londres.

Además, el cónsul en Denver, Carlos Bello Roch, ha sido acusado de promover actividades comerciales para beneficio personal por medio de la empresa Foro Vail.

En el paquete que Peña Nieto remitió al Senado, en el que 50 por ciento son políticos y personajes sin carrera diplomática, resalta el ex comentarista de Tv Azteca Andrés Roemer, actual cónsul en San Francisco, acusado de impulsar empresas particulares, a quien el Ejecutivo propone como embajador ante la Unesco.

La senadora panista Laura Angélica Rojas, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, Organismos Internacionales, comentó que esa cámara del Congreso debe tomarse muy en serio su papel de control del Ejecutivo y, luego de los escándalos de los recientes meses, ser muy estrictos, revisar las trayectorias y rechazar los nombramientos de Peña Nieto que no reúnan el perfil.