La puesta en escena Sr. Perro, basada en la novela Tombuctú del estadunidense Paul Auster (Newark, Nueva Jersey, 1947), se estrenó la noche del lunes (29 de febrero) en el teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque (CCB).

Se trata de una versión libre de Óscar Ángeles y Verónica Bujeiro, con dirección escénica de Gabriel Figueroa Pacheco, que invita a reflexionar sobre la complejidad de los seres humanos, sus relaciones y sentimientos a través de los ojos de un perro; también refleja la vulnerabilidad de algunos sectores de la población.

En entrevista con La Jornada, la dramaturga Verónica Bujeiro (CDMX, 1976) explica que la propuesta relata la vida de un perro con relación a los humanos en cuanto a la necesidad que tiene de ellos. Es la historia de un animal desde la sobrevivencia.

La obra presenta a Mr. Bones, un can que resulta demasiado humano para ser perro, pero lo es suficientemente como para no complicar sus relaciones y sus preguntas, como muchas veces hacemos los humanos.

Sr. Perro aborda el complejo equilibrio entre aspiraciones y realidades que iguala a canes y humanos. Una visión amarga, dura y, sin embargo, hermosísima de la naturaleza humana.

En la trama se incluyen anécdotas que le suceden al personaje del perro, y ahí vemos cómo cada dueño dice qué necesita o qué espera del animal. La obra habla de soledad y del acompañamiento que le hacen los animales a las personas. Cómo son los perros nuestras cajas de resonancia, confidentes, aunque no sepan contestar, afirma Bujeiro.

Con las actuaciones de Leonardo Ortizgris, Sergio Ramos Ruiz, Paula Comadurán, Carlos Rodríguez y Jimena Montes de Oca, la puesta en escena conduce al espectador a diversas situaciones en la vida de un perro de raza indefinida, civilizado y comprensivo hasta extremos insospechados, pero un perro a final de cuentas.

Mediante sus sentidos asistiremos al penoso y largo camino que constituye la pérdida de un ser querido, y por qué la felicidad se construye, humildemente, con lo que nos queda, con lo que hemos recibido de los otros.

En palabras del director de escena, Gabriel Figueroa, Mr. Bones, personaje principal de la obra, es una metáfora de otros seres indefensos que dependen del ser humano, incluso otro ser humano.

La obra narra la historia de Willy, vagabundo, poeta errante, superviviente de las revoluciones de los años 60 del siglo pasado y está enfermo.

Junto a Mr. Bones, su único amigo, busca penosa y desesperadamente la casa de su antigua profesora, pues sólo ella podría rescatar su obra y hacerse cargo de su compañero.

Los tres dueños por los que pasa el perro son seres humanos particulares que encuentran en éste un apoyo a sus propias tragedias, indica la dramaturga, quien realizo la adaptación de la famosa novela Tombuctú, de Paul Auster.

En palabras de Bujeiro, el encanto de Gabriel Figueroa es que en la obra humaniza al personaje del perro, es racional, existencialista. El montaje apela a eso, a qué papel juegan los perros en nuestras vidas, como compañeros de soledad, confidentes, amigos, familiares, porque incluso la muerte de nuestra mascota nos duele.

Sr. Perro se presenta del 29 de febrero al 3 de mayo, lunes y martes a las 20 horas, en el teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque (Paseo de la Reforma y Campo Marte s/n, atrás del Auditorio Nacional).