La Comisión de Energía del Senado, que preside el priísta David Penchyna, prácticamente no se reúne, funciona de forma anómala, fuera de reglamento, para impedir que se discuta lo relativo a la fallida reforma energética, entre ellos el reciente anuncio del presidente Enrique Peña Nieto sobre la posibilidad de que cualquier empresa importe gasolina y diésel libremente, lo que se contrapone a la ley, advirtió la senadora del PRD Dolores Padierna.

Agregó que el Ejecutivo federal además mintió al asegurar en Texas, donde hizo el anuncio, que la libre importación de gasolina beneficiará a los consumidores, pues el precio del combustible lo fija la Secretaría de Hacienda y no depende del mercado.

Durante la sesión del jueves pasado, la perredista reclamó en tribuna que en la Comisión de Energía se queden por meses los puntos de acuerdo y las propuestas y no se abra la discusión en torno a temas tan graves, como el desmantelamiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

En entrevista, resaltó que la pregunta es si el presidente Peña Nieto tiene la facultad de modificar unilateralmente las leyes aprobadas por el Congreso.

Explicó que en el artículo 48 de la Ley de Hidrocarburos –una de las normas secundarias de la reforma energética– publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de agosto de 2014, se dice que para la exportación e importación de hidrocarburos y petrolíferos se requerirá de permisos de la Secretaría de Energía, que hasta ahora no se conocen.

El artículo 51 dispone que los dichos permisos se podrán otorgar a Pemex, a otras empresas productivas del Estado o a particulares, pero en el transitorio 14 se señala que hasta el 31 de diciembre de 2016, sólo se podrán otorgar permisos a Pemex o sus empresas subsidiarias, por lo que la libre importación de gasolina, anunciada no puede concretarse mientras no se modifique la ley.

Además de que no bajarán los precios este año y el próximo, para la libre importación se requerirá de una infraestructura de almacenamiento y distribución, que hoy sólo tiene Pemex, agregó.

En la discusión de la reforma energética se dieron tres años para la apertura de las importaciones de gasolina y diésel, precisamente por la necesidad de construir infraestructura que pudieran utilizar las empresas para llevar cabo sus actividades.

Hoy se pretende usar la infraestructura de Pemex, ya sea mediante contratos específicos con la empresa o de compra de activos, lo que deja claro que, más que un beneficio para el consumidor, es parte del plan para desmantelar la empresa y avanzar a la privatización del petróleo. Recordó que en me­nos de cinco meses se han quitado a Pemex 500 mil millones de pesos. ¿Qué petrolera en el mundo aguanta un manejo financiero tan errático?