Una noche de Luna de sangre se reunieron el biólogo Rodrigo Vidal Tamayo, el filósofo Octavio Serra, el historiador Marco González Ambriz y el comunicador José Luis Ortega Torres; al calor de las cervezas, comenzaron a hablar de los monstruos emblemáticos del cine mexicano que pasearon por su sique cuando eran niños.

Los nombres comenzaron a caer en catarata. No se sabe bien si fue el influjo de la Luna el que le susurró a uno de ellos: “Hagan un libro con todos los mostros del cine nacional”. La charla y la idea parecía una ocurrencia, como otras tantas, pero ésta comenzó a taladrar su retentiva. Pasaron varios meses antes de que se concretara en el ejemplar Mostrología del cine mexicano.

En entrevista con La Jornada, José Luis Ortega y Rodrigo Vidal señalan que no fue difícil terminar el libro: “Como llevamos toda la vida viendo estas películas de mostros la verdad no se nos hizo tan pesado; sólo se trató de recapitular lo que hemos visto desde nuestra infancia. Eso de poner poderes y enemigos fue parte del juego; quizá para muchos pueda parecer una tarea enorme, pero como lo hicimos con gusto ni sentimos el trabajo”.

Zorina, El Robot Humano...

Al respecto, Ortega Torres menciona: “Cuando nos íbamos acordando de los mostros en realidad brotaron de memoria. Al principio no tuvimos que hacer una investigación fuerte, porque cuando nos juntamos con Marco González Ambriz y Octavio Serra, todos nos fuimos acordándonos de ellos... la Momia Azteca, El Robot Humano, Zorina... después de eso sí nos clavamos en ver la películas otra vez para concebir el libro.

“Nos tallereamos viendo las 50 películas, las 50 fichas de los mostros; los dividimos de manera muy equitativa, y cada uno por nuestro lado nos dedicamos a ver las películas y a escribir; después nos juntamos para tallerear todas las fichas y textos.

“El ejemplar es bastante uniforme, aunque cada uno tiene su estilo, formación y gustos. Rodrigo es biólogo, Marco es historiador, Octavio es filósofo y yo me dedico a la comunicación, entonces todos tenemos un estilo para tejer los textos, pero aun así nos juntamos los cuatro para lograr un trabajo muy parejo.”

Rodrigo Vidal Tamayo agrega: Cuando nos juntamos para revisar las fichas veíamos que eran bastante similares, estábamos todos en el mismo canal.

En las fichas, los autores ofrecen una pequeña sinopsis de la película y añaden anécdotas chuscas que sucedieron alrededor de los rodajes; incluso, hacen gala de un trabajo literario al agregar ficción, pero sin soslayar los elementos de la película.

Mostrología del cine mexicano ya se encuentra a la venta en las principales librerías del país. Arriba, una imagen tomada del libro

Las fichas tienen el tono chocarrero y desparpajado de una obra de este tipo, porque, pensamos, si a nosotros nos divirtieron la películas queríamos que la gente disfrutara igual leyendo el libro y, sobre todo, que se le antojara ver estos filmes.

José Luis Ortega agregó sobre el germen del libro: “Hacemos la revista Cinefagia, que ya tiene 13 años en línea. En este tiempo hemos tenido varios proyectos en radio y televisión; este es nuestro primer proyecto editorial. Hubo un tiempo en el que cerrábamos el programa de radio con una postal sonora o taxonomía del personaje en cuestión. Es decir, siempre estuvo latente realizar esa catalogación zoológica y zoomórfica de los personajes del cine, pero queríamos que fuera algo más tangible.

Jugamos con la idea de hacer una lotería de personajes, un concepto más lúdico, pero no tuvimos eco con la editorial a la que nos acercamos y quedó en el olvido.

En México no son monstruos

Los mostrólogos retomaron el proyecto en 2014 y se acercaron a la editorial La Caja de Cerillos, donde Andrea Fuentes y Alejandro Cruz aterrizaron la idea y la hicieron tangible.

“Nos sentamos a trabajar sobre los mostros del cine mexicano, como tributo y homenaje a nuestra cinematografía. Claro, llegamos a la conclusión de que en México los monstruos son mostros”, según Ortega.

Concluyeron que la intención primordial del proyecto fue crear un universo para hablar de manera seria de estas figuras. Planteamos todo un cosmos de seres que vivían en las junglas de los Estudios Churubusco y de América, los cuales siguen ahí, de manera romántica. Nos dedicamos a hacer un listado de 200 figuras, de entre las cuales elegimos 50, porque muchas se repetían.

Los autores dividieron ese medio centenar de personajes en categorías, formaron familias, les dieron nombres científicos, los dotaron de poderes con reglas taxonómicas y zoológicas. Les buscaron nombres que reflejaran sus características con términos en griego o latín y con los sufijos propios de la taxonomía biológica.

Mostrología del cine mexicano ya se encuentra a la venta en las principales librerías del país.