Un consorcio científico iberoamericano concluyó la secuenciación del genoma del frijol común mesoamericano, la leguminosa más importante en la dieta humana, pues la consumen más de 500 millones de personas.

En el equipo internacional participan investigadores de Argentina, Brasil, España y México. Los científicos de nuestro país pertenecen al Laboratorio Nacional de Genómica para la Diversidad (Langebio) del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), que es parte de Instituto Politécnico Nacional (IPN).

No sólo logramos identificar 30 mil 491 genes del frijol, sino que analizamos su patrón de expresión, es decir, en qué parte de la planta están localizados y cuándo funcionan, resumió Alfredo Herrera Estrella, quien coordina al grupo especializado en expresión de genes y desarrollo de hongos en el Langebio.

Contar con el genoma completo del frijol aportará información relevante para corroborar cuándo se originó –diversos estudios sugieren que fue hace aproximadamente 10 mil años en la zona de Mesoamérica– y qué rasgos específicos lo distinguen de otras especies cercanas a él, como el frijol andino.

El trabajo realizado por iniciativa del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Cyted) se publica en la última edición de la revista Genome Biology.

Sus resultados harán posible aumentar el conocimiento sobre la planta Phaseolus vulgaris, pues el genoma contiene la información hereditaria presente en las células de organismos vivos que determina sus características y comportamiento.

El equipo de expertos seleccionó la línea BAT93 del frijol mesoamericano por su relevancia en la generación de variedades altamente demandadas. Conocer esta información permitirá diseñar especies mejoradas, con mayor contenido de nutrientes o resistentes a condiciones adversas como sequía y salinidad.

Estas modificaciones tendrán que hacerse por medio de cruzas selectivas, pues por las características del frijol no es susceptible de ser procesado mediante ingeniería genética, subrayó Herrera Estrella.

La secuenciación del genoma del frijol, tanto la variedad andina previamente analizada como ahora la mesoamericana, contribuirán a identificar genes involucrados en la resistencia a enfermedades, tolerancia a salinidad y sequía, fijación del nitrógeno, formación de células reproductivas y calidad de las semillas, expresó Roderic Guigó, del Centro de Regulación Genómica de Barcelona.

Para completar esta tarea, financiada por los cuatro países con un presupuesto de 2.4 millones de dólares, los investigadores utilizaron la plataforma tecnológica de secuenciación y ensamblado más rápida y robusta de Iberoamérica, la cual se encuentra en el Langebio y el Centro de Regulación Genómica.

En una segunda fase de esta investigación, que fue lanzada en 2009 por el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, el equipo de expertos se encargará de secuenciar el genoma de al menos otras 12 variedades de frijol.

La información del genoma se puede consultar en las siguientes plataformas: con el identificador Genome ID 20365, con su anotación. El genoma y el transcriptoma de BAT93