La Academia se deslinda de canasta de regalos de empresa de EU
Jueves 25 de febrero de 2016, p. 9
Jerusalén.
Cuando Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Matt Damon y los otros candidatos a los premios Óscar descubran su lote de regalos, algunos de ellos los divertirán, otros los desconcertarán. El obsequio de Israel los hará, probablemente, reflexionar.
Para promover la imagen del país, Israel decidió contribuir de forma especial al lujoso conjunto de regalos, ofrecido por una empresa privada estadunidense a los candidatos en las principales categorías de los premios.
Kate Winslet o Sylvester Stallone podrán, por ejemplo, aprovechar un viaje personalizado a Israel, con boletos en primera clase y alojamiento en hoteles de alto nivel por un valor total de 55 mil dólares.
No todo el mundo aprecia la iniciativa: los defensores de la causa palestina instaron a las estrellas de cine a no participar en lo que llaman campaña publicitaria de una potencia invasora.
Según la prensa especializada, el lote de regalos, con valor total de 200 mil dólares, incluye un tratamiento para embellecer los senos y papel higiénico de lujo...
La Academia que entrega los premios Óscar no tiene nada que ver con esta canasta de regalos, elaborada por la empresa de investigación de mercado Distinctive Assets a partir de aportaciones de las marcas.
Anunció justamente que denunciará a la compañía Distinctive Asset, porque hacía creer indebidamente que estaba relacionada con los Óscares.
Antes de hacer pública esta denuncia, el gobierno israelí había decidido aprovechar un poco el protagonismo de los actores para mostrar el verdadero Israel, según el ministerio de Turismo de este país.
Sam Gee, fundador de la agencia exploreisrael.com, que tuvo la idea de hacer el regalo, explica que el objetivo es llevar a gente de influencia
a Israel.
Los Óscares es un buen plan porque no hay muchos candidatos, lo que nos permite ofrecer un viaje realmente de gama elevada
, mientras en los premios Grammy, equivalente a los Óscares en el ambiente musical, se tendrían que haber distribuido 150 regalos.
“Cada una (de estas estrellas) tiene potencialmente millones de seguidores. Cada una, si nos visita, puede enviar un selfie en línea y el impacto es enorme”, afirmó Amir Halevy, director general del Ministerio de Turismo.
Esta batalla para ganarse a los famosos no es nueva. Cuando Kim Kardashian y Kanye West viajaron a Israel, en 2015, el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, les habría pedido ser embajadores de la ciudad y proclamar que todo el mundo es bienvenido
en esa ciudad.
Una declaración polémica: Israel anexó Jerusalén Este y considera toda la ciudad como capital indivisible, mientras los palestinos quieren que esa parte sea la capital del Estado al que aspiran.
El militante palestino Omar Barghuti asegura que Israel teme cada vez más los efectos de la campaña internacional de boicot que cofundó él mismo.
“Israel ha multiplicado las iniciativas para intentar sobornar, intimidar o forzar a los famosos para que se alineen a sus posiciones “, dijo.
Para los palestinos, estas operaciones publicitarias están mal vistas cuando su propia vida cultural sufre las restricciones impuestas por Israel.
Esta iniciativa israelí tiene, sin embargo, una doble vertiente. Mark Ruffalo y Mark Rylance, dos de los candidatos, adoptaron públicamente posiciones críticas respecto de la política de Israel.
Mike Leigh y Ken Loach, grandes realizadores británicos, pidieron a los postulados que ofrecieran sus regalos a los refugiados palestinos.
Si los famosos hacen públicamente antes, durante o después de su visita, comentarios negativos, esto puede tener también un impacto negativo
, advirtió Margaret Campbell, una universitaria que analizó los riesgos potenciales de aprovechar la fama de las estrellas de cine.