La Ciudad de México no es la única ni la que más altos niveles de contaminación del aire presenta a escala nacional. Megalópolis como Monterrey o Guadalajara presentan la misma problemática, y es en la capital de Nuevo León donde hay mayores índices de infición, señalaron expertos del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM.

En conferencia, Ricardo Torres y Agustín García, integrantes del Departamento de Físicoquímica Atmosférica del CCA, señalaron que los contaminantes en el aire pueden generar diversos tipos de cáncer, enfermedades respiratorias y otros males que pueden causar hasta la muerte.

Señalaron que la cifra de muertes en la Ciudad de México por cáncer generado por los tóxicos atmosféricos oscila entre 50 y 100 personas al año. Y aunque es una cifra baja, comparada con otras problemáticas, hay que poner atención y que las autoridades hagan mayores análisis del posible vínculo entre la contaminación y las causas de los fallecimientos.

La Organización Mundial de la Salud dijo que en 2014 fueron 7 millones de habitantes en el planeta los que murieron por causa de la contaminación atmosférica. También reportó que el humo o el smog de las ciudades es un cancerogénico, al igual que el humo de diésel, aseveró García.

En tanto, Torres insistió en la necesidad de establecer un programa de verificación nacional –similar al de las entidades del centro del país– y criticó que los vehículos que funcionan con combustible diésel no sean verificados igual que los autos particulares, pues los primeros emiten grandes emisiones de contaminantes.

Censuró también el Reglamento de Tránsito que entró en vigor en diciembre pasado en la Ciudad de México, particularmente en lo concerniente a los límites de velocidad y la prohibición de vuelta continua a la derecha. Esto ha generado, enfatizó, que haya mayor concentración de vehículos, que a menor velocidad generan más contaminantes, debido a que los motores están diseñados para alcanzar su funcionamiento normal a 70 u 80 kilómetros por hora.

En la capital del país, lamentaron, pese a los programas que se han implementado, de 2006 a la fecha los niveles de contaminación del aire son prácticamente los mismos, aunque no son comparables con los de hace 15 o 20 años.

Los daños a la salud que pueden causar contaminantes como los óxidos de nitrógeno y partículas como el ozono son: daños en las vías respiratorias, irritación de pulmones, generar que los alveolos se hagan más pequeños, incrementar la presión arterial, y en embarazadas puede haber preclampsia.

Puede ser que en algunas personas la sangre se haga más densa, constriñendo los vasos en los pulmones, lo que provoca que quienes padecen problemas cardiacos puedan morir por un infarto. Asimismo, los compuestos orgánicos volátiles (benceno, tolueno, etilbenceno y xileno) pueden inducir cáncer.