El Museo de Culturas Populares alberga exposición de Marcela Díaz y Celsa Luit Moo
Miércoles 24 de febrero de 2016, p. a10
El henequén está ligado a la historia de Yucatán, tanto que el escritor y periodista Fernando Benítez lo conceptualizó en un libro memorable, Ki, el drama de un pueblo y una planta, y en la actualidad sigue dando de qué hablar y genera riqueza al ser transformado en objetos de uso diario e inmediato, únicos e irrepetibles, como los son las 60 piezas que conforman la exposición Una travesía entretejida: henequén contemporáneo, instalada en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP) de Coyoacán.
Inaugurada el pasado miércoles, en un recorrido se apreciaron los objetos, gruesas cuerdas trenzadas, largos vestidos que remitieron a los asistentes a ámbitos medievales, quizá una corte, con doncellas de aspecto inmarcesible, y bolsas, monederos, tapetes... lo que la imaginación crea. Diseños limitados sólo por la historicidad, tradición y modernidad, riqueza y pobreza, explotación y abuso. Los ojos no sólo ven, sino que sienten, huelen, explotan lo táctil, lo duro y lo rugoso, el amarre resultado de la paciencia y la identidad. Es la cultura en el horizonte, desde la cima de una fibra.
El oro verde
La muestra podrá ser visitada hasta el 15 de mayo y de manera genérica la integran textiles tradicionales y contemporáneos de henequén, algodón e hilo de coco. Son creaciones de Marcela Díaz y Celsa Luit Moo, más piezas del acervo del recinto que denotan nuevas rutas en la construcción del espacio escultórico y utilitario del henequén.
La exposición llega al MNCP mediante la Fundación de Artistas y la colaboración de la Casa de las Artesanías de Yucatán. El tejido es a mano, con el telar ídem.
El henequén se extrae de un tipo de agave. Las hojas crecen desde el suelo, grandes, con forma de lanza, carnosas. Con ellas trabaja Marcela Díaz, originaria de Mérida, Yucatán, y ha ganado premios importantes y distinciones en las bienales de Yucatán y en la de La Habana.
Celsa Luit Moo nació en Xocchel, en el mismo estado. Ha obtenido galardones como el Nacional de Ciencias y Artes, en 2009.
En entrevista, Beatriz Peralta y Chacón, directora general de la Casa de las Artesanías de Yucatán, dependencia creada en 1976, explicó que el henequén tuvo tanto auge que se le conoció como el oro verde. “La caída comenzó cuando la semilla se le dio a Brasil. Hoy estamos recuperando su uso artesanal, con el empleo del telar, para hacer objetos utilitarios para la casa, hoteles, oficinas, etcétera. No podemos olvidar que somos mayas y que en Yucatán el 50 por ciento de los habitantes mantienen la lengua maya, la lengua materna. Hoy hay gente de 80 años a la que le gustó desde su niñez tejer el henequén. Se comienza por canastitos, tortilleros, y se avanza con alhajeros, bolsas.
“En estas labores están involucradas actualmente unas de 8 mil personas. En las artesanías, en todo el estado, son de 25 mil a 30 mil.
“Mucho de lo que se dice en Ki, el drama de un pueblo y una planta sigue ocurriendo. En la mentalidad del yucateco hoy está la idea de que se actualiza, se salva al henequén, o se pierde todo. Nos debemos tender la mano. Una tercera parte de Yucatán es henequenera.”
Describió la exposición: Hay telar de cintura, bolsas, tortilleros, cruces que ejemplifican los cuatro hijos de una mujer. Celsa ha podido mantener económicamente a su familia con este tejido. Ha hecho obras de arte, en verdad. Mejora, innova. Estamos enseñando al artesano a dignificarse, a que no se deje discriminar. Ninguna artesanía se puede duplicar, no hay ninguna igual en el tejido ni en los bordados o puntos de cruz. Estamos luchando por evitar el macheteo y el intermediarismo. Lo importante es buscar puntos de venta, pues esa es la única forma de que se conozca el producto de henequén.
En la inauguración también estuvieron Rodolfo Rodríguez Castañeda, director del MNCP, y Matías González, director de la Fundación de Artistas de Yucatán.