Agradece las muestras de júbilo y juntos oran a la Guadalupana
Quienes no traían ticket VIP no pudieron acercarse a las vallas
Miércoles 17 de febrero de 2016, p. 6
La de ayer fue la última noche que el Papa Francisco pasó en México durante su primera visita al país. El lugar donde descansó fue el mismo donde durmió las noches anteriores: las instalaciones de la nunciatura apostólica, ubicada en el sur de la Ciudad de México.
Como cada día desde el pasado viernes, cuando arribó a la capital del país, cientos de feligreses se reunieron por la mañana y por la noche para verlo por última vez en este viaje, pues hoy va a Ciudad Juárez, Chihuahua, y de ahí parte a Roma, con lo que concluye sus recorridos por el país.
Como en los días anteriores, quienes se acercaron a la nunciatura rezaron, cantaron y echaron porras al Papa, quien por la mañana viajó a Morelia. Salió a las 7:15 horas rumbo al aeropuerto en un coche cerrado.
Regresó a la nunciatura alrededor de las 8 de la noche; antes de ingresar al edificio dedicó un momento a acercarse a quienes lo esperaban, en particular a un grupo de enfermos, a quienes les agradeció su júbilo y pidió que rezaran por él.
Que Jesús los asista, fortalezca y cure, que les sea mejor. Que sepan que Jesús está siempre al lado de ustedes; ayuda a curar nuestros dolores porque él aprendió eso
, les dijo, y les pidió que lo acompañaran en una oración a la Virgen de Guadalupe.
Mientras esperaban la llegada del Papa, dos sacerdotes improvisaron confesionarios en la calle y atendieron a los fieles que se lo requirieron.
Para ver a Francisco y lograr tomarle una foto o video con celulares y tablets, los asistentes hicieron enormes filas desde unas cinco horas antes del arribo del pontífice. Varias personas se molestaron porque policías y soldados no los dejaron llegar hasta las vallas más cercanas a la nunciatura, pues el paso sólo estaba permitido a quienes contaran con un boleto especial, lo mismo que los días pasados. Incluso, a los adultos mayores, a personas en silla de ruedas o con alguna enfermedad se les negó el paso porque no tenían el “ticket VIP”.
También llegaron vendedores ambulantes que ofrecían a 10 pesos billetes conmemorativos con las imágenes de los papas Francisco y Juan Pablo II, o banderas con los colores del Vaticano en 20. Al cierre de la edición, los fieles católicos aún esperaban que el Papa saliera de la nunciatura y les diera una última bendición.