Moscú.

Rusia rechazó este martes haber bombardeado el pasado lunes hospitales en Siria, al tiempo que ataques lanzados por Estados Unidos dejaron al menos 15 civiles muertos en Al Shadadi, ciudad controlada por el Estado Islámico, acusó el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, desmintió categóricamente las acusaciones sobre ataques que presuntamente realizó el ejército ruso el lunes pasado contra hospitales en las provincias sirias de Idlib y Alepo, que provocaron 50 muertos.

Además, consideró inaceptables las acusaciones y remitió a la declaración del embajador sirio en Rusia, Riad Haddad, que acusó al ejército estadunidense del ataque contra el hospital apoyado por Médicos Sin Fronteras en la ciudad de Maarat al Nuaman, en Idlib.

Rusia comenzó a bombardear presuntas posiciones del Estado Islámico (EI) en septiembre pasado, pero Estados Unidos asevera que los ataques van dirigidos a la oposición moderada siria. Washington comenzó operaciones aéreas contra el EI en 2014, primero en Irak, y luego las extendió a Siria.

En otro tema, el EI enfrenta problemas económicos, reportó la agencia Ap.

El grupo yihadista ha recortado salarios de sus combatientes, ha obligado a residentes de sus ciudades a pagar sus cuentas en dólares, y ha dejado en libertad a prisioneros a cambio de efectivo.

Si antes el EI se ganaba a sus milicianos pagándoles por ir de luna de miel y por tener bebés, ahora no puede ni brindarles obsequios pequeños como chocolates o bebidas calóricas, asevera Ap, ya que los bombardeos de la coalición multinacional, liderada por Estados Unidos, y otras medidas, han menguado sus reservas económicas desde el año pasado.

De acuerdo con testimonios de exiliados y testigos, en ciudades como Raqqa, bastión del EI, o Mosul, escasean los productos básicos, los salarios han sido recortados a la mitad, se ha racionado la electricidad y los precios de los enseres básicos se han vuelto inaccesibles.

El EI ha empezado a aceptar únicamente dólares para el pago de impuestos, el agua y la luz, dijo el activista de Raqqa Abu Ahmad, bajo su nombre de guerra por motivos de seguridad.

Su versión fue confirmada por Al Tamimi, otro residente de Raqqa, quien mostró un documento en el que se lee: debido a las circunstancias excepcionales que vive el EI, se ha decidido reducir a la mitad todos los salarios pagados a mujaidines sin excepción, no importa cuál sea su cargo o posición.