Ofrecer oportunidades educativas a los jóvenes que no logran ingresar a las universidades públicas, pero sobre todo formar para servir a la comunidad y transformar ‘‘desde abajo’’ la realidad social, son parte de los objetivos de las ocho escuelas universitarias impulsadas por Morena, que hoy abrirán sus puertas a poco más de 600 alumnos en cinco delegaciones de la Ciudad de México y tres municipios del país.

La coordinadora de las escuelas universitarias, Raquel Sosa Elízaga, afirmó que no sólo se busca impulsar la formación de médicos, maestros, contadores, ingenieros, agrónomos, abogados y administradores públicos que sí requiere el país, aunque se haya insistido, aseguró, que se trata de licenciaturas saturadas, sino de atender las demandas de la población.

En estos planteles, dijo, donde ningún alumno pagará cuota y recibirá todos sus materiales de estudio, se busca atender necesidades específicas de las comunidades y que éstas se resuelvan con conocimientos serios, profesionales y científicos, pero con la participación de los jóvenes que viven en ellas y que conocen sus problemas.

‘‘Queremos que tengan arraigo en su localidad y que cumplan con las tareas que se necesitan. Pensamos en alimentar verdaderos centros municipales donde exista educación, salud, construcción, obras y empleo de base municipal en la que se involucren los muchachos de las propias poblaciones.’’

Los estudiantes que acudirán a sus aulas, agregó Sosa Elízaga, son jóvenes que dejaron de estudiar ‘‘porque han sido rechazados por escuelas públicas o no tienen recursos para seguir su carrera, pero aprecian una concepción distinta de la educación, que no es la visión opresiva, represiva y de control. Nuestra propuesta es algo amable, cariñoso, afectuoso, empático, que es lo que se necesita’’.

En entrevista con La Jornada, agregó que con el arranque del semestre propedéutico se concreta un proyecto que involucra a destacados investigadores, profesores y expertos en diversas disciplinas, quienes colaboraron en el desarrollo de los planes y programas de estudio, además de que formarán parte del claustro de profesores, pues detalló que hubo un riguroso proceso de selección e inducción de docentes, quienes en su mayoría cuentan con estudios de posgrado.

Explicó que el proceso para obtener el reconocimiento de validez oficial de estudios (RVOE) se inició desde la semana pasada ante la Secretaría de Educación Pública (SEP) para seis de los planteles: la Escuela de Derecho Ponciano Arriaga, en la delegación Cuauhtémoc; la de Ingeniería Heberto Castillo Martínez, en Tláhuac; de Medicina Integral y Salud Comunitaria, en Tlalpan; de Contabilidad y Administración Pública Leona Vicario, en Azcapotzalco; de Educación Superior, en Comalcalco, Tabasco, y finalmente la Escuela de Agricultura y Agronomía, de Calkiní, Campeche.

En el caso de las dos escuelas normales, una ubicada en Xochimilco, la Escuela de Educación Normal José Santos Valdés, y la Normal Intercultural Bilingüe María Alicia Martínez Medrano, en Valladolid, Yucatán, se trata de un proceso de autorización que ya se solicitó ante la SEP, luego de cumplir con ‘‘todos los requisitos que se establecen tanto en lo referente a planes y programas de estudio, que deben ser los que establece la secretaría, como en el mapa curricular, idoneidad de la plantilla docente, bibliografía, instalaciones y equipamiento’’, tarea que, dijo, también se acató de forma rigurosa para el resto de las escuelas.

Con una inversión por plantel que va de 300 mil a 500 mil pesos, y una capacidad instalada hasta el momento de 400 alumnos por escuela, destacó que este 15 de febrero se iniciarán los cursos propedéuticos en las seis instalaciones educativas, mientras en las normales arrancará la formación de los alumnos para que presenten el examen nacional de ingreso (Exani), a fin de que en agosto próximo comiencen con el primer semestre de la licenciatura.

Sosa Elízaga destacó que el proyecto, financiado con las aportaciones de legisladores, presidentes municipales y regidores de Morena, quienes donan la mitad de sus salarios, tendrá un manejo ‘‘absolutamente transparente y austero’’ de los recursos, por lo que se creó un fideicomiso que concentrará los fondos para ir adquiriendo terrenos e instalaciones donde funcionen las escuelas y para el crecimiento del programa.

Además, subrayó, cada plantel cuenta con una asociación civil presidida por destacados investigadores, entre ellos: Javier Jiménez Espriú, Bertha Luján Uranga, Bernardo Bátiz Vázquez, Jorge Alcocer Arévalo, Etelvina Sandoval, Aníbal Ostoa, Olga María de la Luz Cupul y Estela Ruiz de la Fuente.