No les importó el intenso frío ni dormir sobre cartones y banquetas o esperar más de 16 horas, mucho menos caminar más de siete kilómetros. Miles de feligreses pudieron ver al papa Francisco en su recorrido y acudir a la misa que ofició en Ecatepec, estado de México.

Según autoridades estatales, más de un millón 320 mil personas asistieron; 320 mil a misa y más de un millón al recorrido del papamóvil. Los últimos preparativos comenzaron la tarde del sábado, cuando los feligreses comenzaron a apartar lugares para entrar a la celebración eucarística.

Por la noche, las principales avenidas del norte de Ecatepec quedaron abarrotadas; fieles caminaron sobre la vía López Portillo, la avenida R-1, la avenida Central, la Primero de Mayo y la avenida Insurgentes, misma que desemboca al predio de 45 hectáreas en el Centro de Estudios Superiores de Ecatepec, donde el Papa encabezó la misa.

Hubo quien caminó siete kilómetros. Ante el tumulto, las autoridades abrieron el acceso al predio de la misa media hora antes de lo previsto. Otros se colocaron en las vallas ubicadas a lo largo de 8.8 kilómetros del predio El Ballisco, habilitado como helipuerto, al terreno donde se realizó la misa.

Otros miles de personas se transportaron por el Mexibús, que brindó servicio gratuito, aunque se suspendió durante la madrugada en su línea 2 durante casi dos horas.

Cansancio y frío vencieron a los encargados de organizar vallas, que durmieron un poco en banquetas, esquinas y en la misma carretera. Hubo quienes llevaron casas de campaña. Grupos de animación deportiva, musicales y mariachis fueron colocados en templetes a lo largo del trayecto, pero sus esfuerzos no bastaron.

Sandra Aguilar, de 50 años de edad, postrada en una silla de ruedas, llegó hasta la ruta del Papa en la avenida Central para orar y pedir por su salud y la de su familia. Con una rodilla fracturada que no sana desde hace cuatro meses, enferma de diabetes, despertó temprano para estar lista al paso del Papa. La feligresa Olanda Coronilla comentó: Vale la pena la desvelada, el frío. Para mí es algo, una experiencia que no voy a olvidar y no me la quise perder.

El papa Francisco llegó al predio El Ballisco en punto de las 10:15 horas, luego que sobrevoló las pirámides de Teotihuacán por unos minutos. Al descender del helicóptero, lo recibió el gobernador mexiquense Eruviel Ávila Villegas, quien le entregó un Árbol de la Vida en miniatura, hecho de barro y compuesto por dos caras: en una la Virgen de Guadalupe y en el anverso La Piedad de Miguel Ángel.

El jefe del Estado Vaticano recibió del alcalde de Ecatepec, Indalecio Ríos Velázquez, el nombramiento de visitante distinguido y la llave de la ciudad hecha de bronce.

El Papa entonces recorrió 8.8 kilómetros para llegar al lugar donde ofreció la misa.