El petróleo siguió este jueves su incontenible caída: en Nueva York cerró en su menor valor en casi 13 años y arrastró a las bolsas mundiales, que también se vieron afectadas por pérdidas en el sector bancario y por la preocupación sobre la situación de la economía global.

El contrato del referencial de Estados Unidos, el West Texas Intermediate (WTI), perdió 1.24 dólares, 4.52 por ciento, a 26.21 dólares por barril, y sumó su sexta baja seguida y tocó su menor nivel desde mayo de 2003.

En Londres, el Brent cayó 78 centavos, 2.53 por ciento, a 30.06 dólares por barril, tras retroceder debajo de 30 dólares, su menor nivel desde enero.

La mezcla mexicana de exportación siguió la tendencia, al perder 76 centavos respecto a la jornada anterior, 3.32 por ciento, y cerrar en 22.08 dólares por barril, su nivel más bajo desde el 25 de enero, cuando terminó en 21.87 dólares y apenas por encima de 18.90 dólares, el precio mínimo en lo que va de 2016 y el más barato en 14 años.

La Administración de Información de Energía (EIA) de Estados Unidos reportó el miércoles que los inventarios en Cushing, Oklahoma, el punto de entrega de los contratos a futuro en ese país, alcanzaron un máximo de casi 65 millones de barriles.

El banco Goldman Sachs dijo el jueves que el superávit de suministros petroleros, junto con la desaceleración económica en China, implica que los precios se mantendrán bajos hasta la segunda mitad del año. Esperamos que los precios del crudo sigan fluctuando entre 20 y 40 dólares por barril, con una significativa volatilidad y sin una tendencia en los precios hasta mediados de 2016, señaló el banco en una nota a sus clientes.

El crudo ha perdido casi 75 por ciento de su valor desde mediados de 2014 debido a que la rivalidad entre los productores los ha llevado a bombear de uno a 2 millones de barriles diarios por encima de la demanda, en momentos en que la economía china crece a ritmo más lento.

Las bolsas mundiales volvieron a derrumbarse ayer jueves, con pronunciadas caídas en el sector bancario a causa de las preocupaciones sobre el precio del petróleo y sobre la situación de la economía mundial.

En la bolsa de Nueva York el Dow Jones perdió 1.60 por ciento, el Standard and Poor’s (S&P) 500 cayó 1.23 por ciento y el compuesto Nasdaq retrocedió 0.39 por ciento.

La Bolsa Mexicana de Valores retrocedió 0.41 por ciento y terminó con 42 mil 359.26 unidades; en el resto de las bolsas latinoamericanas las más afectadas fueron Sao Paulo y Buenos Aires, que cayeron 2.56 y 2.96 por ciento, respectivamente.

En Europa, Londres perdió 2.39 por ciento, Fráncfort 2.93, y París 4.05 por ciento, las caídas fueron más pronunciadas en Madrid y Milán, que perdieron 4.88 y 5.63 por ciento, en ese orden. La onda expansiva empezó en Asia con un derrumbe de casi 4 por ciento del índice Hang Seng de Hong Kong. Este viernes, al comienzo de las operaciones el Nikkei de Tokio abrió con una caída de más de 5 por ciento.

Terremoto bancario

En tanto, las acciones del sector financiero cerraron cerca de mínimos de sesión y su índice terminó en su nivel más bajo desde octubre de 2013. Las acciones de Bank of America y JPMorgan terminaron con bajas de 6.8 y 4.4 por ciento, respectivamente, y fueron los principales lastres del S&P 500. Las acciones de los grandes bancos también evidenciaron fuertes pérdidas en Europa, con bajas de entre 6 y 12 por ciento, como el francés Société Générale, cuyos títulos retrocedieron 12.57 por ciento, y en Italia los de Ubi Banka cayeron 12.11 por ciento.

El descalabro de las acciones bancarias se produce porque los inversionistas temen que las tasas de interés negativas empleadas por un número creciente de bancos centrales para avivar el crecimiento, ahora son parte del problema más que una solución. Es un terremoto bancario, afirmaron medios alemanes.

El sector financiero viene lastrando los índices desde hace varias semanas. El mercado perdió la fe en el poder de la Fed para resolver las crisis, sostuvo David Levy, de la consultora Republic Wealth Advisors. Si las condiciones se degradan, nos preguntamos sobre la capacidad de la Fed de responder con la fortaleza necesaria para calmar las inquietudes, afirmó.

Las sacudidas de los mercados desde comienzos de año despertaron temores de una nueva crisis, como la que se desató con la quiebra del banco Lehman Brothers en 2008, según los analistas.

Los mercados temen un riesgo sistémico inminente, como el provocado por la quiebra de Lehman Brothers, dijo Sylvain Loganadin, analista de la correduría británica FXMC. El mercado nunca había dado tales muestras de nerviosismo desde 2011, advirtieron analistas de Oddo Meriten AM.