Podría abatir el índice de mortalidad por cáncer de cérvix
Martes 9 de febrero de 2016, p. 33
Para combatir los tipos 16 y 18 del virus del papiloma humano (VPH), los más frecuentes y oncogénicos, Eva Ramón Gallegos, científica del Instituto Politécnico Nacional (IPN), aplica la terapia fotodinámica, que irradia en forma localizada las células malignas. Después del tratamiento realizó estudios de biología molecular de alta sensibilidad, las cuales permitieron corroborar que la infección se eliminó en 85 por ciento de las pacientes.
Esta terapia no es invasiva, explicó. A diferencia de otros tratamientos, únicamente elimina las células dañadas y no incide en las estructuras sanas, lo cual se comprobó en un estudio con 420 pacientes de Oaxaca, Veracruz y la Ciudad de México. Por ello consideró que tiene gran potencial para disminuir el índice de mortalidad por carcinoma uterino en el país.
La experta de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN es la titular de la investigación que ha desarrollado durante 20 años. En su etapa inicial probó la terapia fotodinámica en líneas celulares, posteriormente en ratones tipo nu/nu, y en la fase clínica en mujeres con VPH.
En un inicio realizamos estudios de colposcopía y Papanicolaou, detección de secuencias genómicas del VPH mediante las pruebas denominadas captura de híbridos y reacción en cadena de la polimerasa (PCR), así como biopsias, para diagnosticar lesiones premalignas o infección con VPH a 900 mujeres de 25 a 40 años. De ese total, 420 presentaron problemas y fueron tratadas. Después de la terapia repetimos los estudios y corroboramos el éxito del procedimiento
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Ramón Gallegos refirió que además hallaron que la vaginosis (infección bacteriana) se redujo 90 por ciento y el cuello uterino no sufrió deformación, como ocurre con otros tratamientos.
Elizabeth Maldonado Alvarado, quien obtuvo el grado de doctora en ciencias con esta investigación, explicó que la terapia consiste en la aplicación de un fármaco en el cuello del útero, que las células transforman en protoporfirina IX (molécula fotosensible), y ésta se concentra en las unidades dañadas. Después se eliminan con un sistema láser especial las estructuras impregnadas con la sustancia química fluorescente.
Al ser un método muy seguro y no generar efectos secundarios, pudo aplicarse a las pacientes en tres ocasiones.