La ventaja era insignificante y por eso se diluyó en un parpadeo. Los Pumas sumaron un nuevo partido en el que no pueden ganar en su cancha, esta vez con un empate 1-1 que le propinó en los últimos minutos el Pachuca.

El cuadro auriazul no recupera la suficiencia que da jugar de local. En el duelo anterior en Ciudad Universitaria el Puebla se encargó de arruinarles el domingo con una derrota

Ayer desde el inicio tuvo dificultades para recuperar la pelota y avanzar más allá de la mitad del campo. El Pachuca, era de esperarse, creció: empezó a desbordar con velocidad y jugar con insolencia.

Antes de la media hora Franco Jara puso a prueba al Pikolín Palacios, sólo para advertir que en cualquier momento los Tuzos podían hacer daño.

El esfuerzo auriazul transpiraba en gran parte en el cuerpo de Ismael Sosa, clave para desbordar o imaginar que otro juego es posible en el equipo universitario. Pero su voluntad se quedó a nada de abrir el marcador, pues su tiro se estrelló en el travesaño.

Luis Quiñones no aportó nada significativo en el ataque local y parecía enredarse en sus propias intenciones. En la oportunidad más clara recibió un centro al área, pero en lugar de intentar un remate convencional resolvió con un choque extraño con la coronilla que envió el balón hacia arriba.

A punto de terminar la primera parte, Javier Cortés cobró una falta cerca del área que cimbró la portería de Óscar Conejo Pérez. La defensa del Pachuca no reaccionó. Britos sí: cazó el rebote y lo encajó en la meta para el 1-0.

Esta ventaja tan frágil siempre estuvo en riesgo. Al regresar del vestidor, los Tuzos mostraron intenciones de estropear el día a los aficionados auriazules.

Tenía la iniciativa, pero fallaba en la concreción. Sin embargo, su insistencia tuvo recompensa al minuto 86. Omar González aprovechó un tiro de castigo ante el descuido de Darío Verón para asestar el 1-1. Al final el público abucheó desganado.

El equipo está abajo de lo que esperábamos, declaró Guillermo Vázquez. Me preocupa, porque viene la Libertadores y se acercan partidos complicados.