A fin de garantizar el uso óptimo del tiempo escolar, los poco más de 16 mil supervisores de todo el país serán capacitados para aplicar herramientas de observación sistemática en el aula, con lo que se busca detectar a los niños invisibles o ignorados por el profesor, los fallos en las prácticas pedagógicas de los docentes, el uso de los materiales educativos, las deficiencias de aprendizaje en lectura, escritura y cálculo mental de los alumnos e incluso, realizar un diagnóstico del clima escolar.

Germán Cervantes Ayala, director general de Desarrollo de la Gestión e Innovación Educativas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) afirmó que un estudio del Banco Mundial sobre el uso del tiempo lectivo en la capital del país concluyó que 56 por ciento del mismo en el aula se trabaja de forma intensa en actividades pedagógicas, pero si lo ponemos por días. De los cinco que se acude a la escuela, tres se trabaja de manera intensa y dos no. La meta es alcanzar 85 por ciento del tiempo en labores educativas.

Consideró que el impulso a la observación en el aula es una estrategia inédita en el campo de la gestión escolar, por lo que se emitirán normas y manuales para llevarla a cabo. Sabemos, dijo, que los supervisores no van a las escuelas porque el diálogo con los maestros “es difícil. Nos dicen ‘¿qué le digo al maestro? Nos llevan ventaja porque ellos conocen sus libros de texto y para poder decir algo, debería conocerlos todos’”.

Por ello, subrayó, que la generación de estas herramientas de observación son para dar a los supervisores confianza y autoridad.

Con la presencia del subsecretario de Educación Básica federal y de directores de los niveles de prescolar, primaria y secundaria, quienes acudieron a la instalación del Consejo Directivo Nacional de la Escuela al Centro, informó que a partir de febrero de este año 2 mil supervisores realizarán labores de observación en 40 mil aulas, lo que implica que cada uno visite 20 salones de clase y genere 20 horas de observación.

La observación, insistió, de lo que pasa en estos espacios será prioritaria, e invitó a las autoridades educativas estatales a sumarse a un estudio sobre el uso del tiempo escolar en México que se realizará en colaboración con el Banco Mundial.

Cervantes Ayala presentó tres tipos de herramientas de observación. La primera está destinada a identificar en qué actividades se concentra el tiempo y la participación de los alumnos, las prácticas pedagógicas de los docentes y el uso de los materiales educativos.

En esta primera herramienta ya se han certificado los directores del nivel primaria de todo el país. Tenemos los manuales listos y en 16 estados ya tenemos un avance importante en el grupo de supervisores para conocer el uso efectivo del tiempo. La idea es que esta información no sólo se quede como testigo de lo que pasa, sino que detone el diálogo en los consejos técnicos escolares.

Una segunda herramienta es para observar las habilidades en lectura, escritura y cálculo mental de los alumnos. Es una exploración sencilla, pero potente en su concepción, que nos permite rápidamente detectar estudiantes que no leen o no escriben y ya se nos van a la secundaria. Los manuales para su aplicación están en producción y ya tenemos una capacitación disponible para los supervisores.

El funcionario señaló que en cuanto al diagnóstico de la convivencia escolar, se trabaja en la construcción de estrategias para explorar cómo se sienten los alumnos en la escuela, y qué perciben los directores y maestros del clima escolar. Destacó que está por concluir la elaboración de un sistema de alerta temprana para detectar si hay abandono escolar durante un bimestre.