Lo espeso de 2015 (electrónica I)
n fechas paralelas de premiaciones, la Ruta Sonora prosigue revisando los sonidos que marcaron tendencia (y lo seguirán haciendo), y más si se trata de música electrónica. Como cada año, este perfil sónico contiene propuestas a veces más ricas y originales, innovadoras, que nuestro amado pero longevo rock. Su vigencia es total y muchos de estos beats de avanzada suelen colarse luego al pop de los años siguientes. Hoy, primera parte del conteo de este género.
1. Carter Tutti Void. F(x). (Inglaterra). Los veteranos Chris Carter y Cosey Fanni Tutti de Throbbing Gristle (1975 a la fecha) se unen con el joven Nik Void de Factory Floor en segundo disco para dominar mentes con su oscuro ambient-industrial. Timbres escabrosos generados por guitarras procesadas, sintetizadores y artefactos digitales. Gran pesadilla futurista.
2. Rabit. Communion (Estados Unidos). Enorme el debut post-grime de este texano (Eric Burton). Lleno de imaginación, brinda retorcidos y sorprendentes sonidos, igual melódicos que percusivos. Cual score de un filme de acción y terror cibernético, va contando sin palabras, sonoras historias violentas. Fascinante.
3. Arca. Mutant (Venezuela). Hoy habitante de Brooklyn, Alejandro Ghersi (afamado por producir tracks a Kanye West, Björk, Robert Wyatt, entre otros) apila ritmos y timbres fracturados, delirantes, así como patrones texturosos, corrugados, inusitados al oído. Genial.
4. Oneohtrix Point Never. Garden of Delete (EU). El productor neoyorquino Daniel Lopatin, artista digital prestigiado por su desbordada creatividad conceptual, ya lejos del ambient, juega con los sonidos del R&B-pop al deconstruirlos entre cascadas frenéticas y enfermas de timbres, entre orgánicos y sintéticos, en sexto plato. Loco fantástico.
5. Jlin. Dark energy (EU). Cercano a la intención narrativa de Rabit, pero basado en la escena juke/footwork de Chicago (parecido al dubstep pero más sucio), con timbres baratos
y rítmica incisiva, oscura, agresiva y minimal, entre collages tanto de música clásica y ópera como arabesca, Jerrilynn Patton genera un álbum que suena harto fresco y fusiona lo callejero con la vanguardia.
6. Holly Herndon. Platform (EU). De Tennessee, esta artista sonora cuestiona cómo la tecnología afecta a los humanos. En segundo álbum ofrece piezas digitales de sonidos pop pero construcción avant garde; voces fantasmales, rítmica obsesiva, metálica, fragmentada. Belleza robótica.
7. Björk. Vulnicura (Islandia). Bellísimo regreso, tras una ruptura de corazón, el de esta diva electrónica, tras dos discos con menor inventiva de lo usual en ella. Elegantes y pomposas piezas orquestales llenas de cuerdas y rítmicas suaves, así como flashes solitarios de ambient sintético (producida por los grandes Arca y Haxan Cloak), alivian su dolor… y el nuestro.
8. Colleen. Captain of None (Francia). La productora y multi-instrumentista Cécile Schott hace en sexto trabajo esta suavidad etérea que igual combina loops y sampleos que instrumentos acústicos (guitarras, acordeones, flautas, tambores). Pop experimental y soñador, exquisito, donde su ocasional voz de hada flota sobre el Sena.
9. Container. LP [2015] (EU). Tercer álbum con mismo nombre (sólo le cambia el año), bajo autoría de Ren Schofield. Techno abrasivo, atascado, marrano, insistente, con beats retro-80s e hipnosis acelerada, para un baile adictivo bajo neones negros.
10. Jamie XX. In Colour (Inglaterra). Tal y como Jamie Smith hace del silencio en The XX un elemento crucial de contraste, en su primer solista hace del beat liviano (micro-house, dance primigenio) y los sonidos espectrales, su fuerte. Con Romy y Oliver (The XX) cantando en dos tracks, arrojó un finísimo y sutil disco de electrónica al igual pop que de avanzada.
11. New Order. Music Complete (Inglaterra). Muy grata sorpresa dio este clásico del synth-pop: la banda suena riquísima y actual a 35 años de existencia, luego de dos discos previos poco decorosos. Con colaboraciones como Tom Rowland (Chemical Brothers), La Roux, Iggy Pop, se trata de una producción espléndida, luminosa, colorida, para bailar con sonrisa y etiqueta.
12. East India Youth. Culture of Volume (Inglaterra). No tan deslumbrante como su debut, pero igual de refinado, William Doyle explora las atmósferas sintéticas de Brian Eno y David Bowie en Low (1977) con su toque personal, para inesperadamente combinarlas con un electro-tech-pop cantábile, inspirado en los años 80.
Twitter: patipenaloza