Por decisión unánime, directivos, músicos y público de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham (CBSO, por sus siglas en inglés) designaron como su nueva directora musical a la joven lituana Mirga Grazinyté-Tyla, de 29 años de edad.

En julio próximo, ella ascenderá también en la Filarmónica de Los Ángeles, donde actualmente es directora asistente del titular Gustavo Dudamel, para convertirse en directora asociada del músico venezolano.

La Sinfónica de Birmingham es la cantera de la nueva generación de grandes directores de orquesta en el mundo. La dirigió durante 18 años sir Simon Rattle, quien tenía 25 cuando asumió ese puesto y salió de ahí para ocupar la titularidad de la Filarmónica de Berlín.

Mirga remplazará a Andris Nelsons, quien tenía 28 años cuando fue nombrado director de la orquesta inglesa a la que dirigió siete años y ahora será batuta titular de dos de las grandes orquestas del planeta: la Sinfónica de Boston y la Gewandhaus de Leipzig.

Cuando Rattle se fue a Berlín, dejó la batuta de la Sinfónica de Birminghan a Sakari Oramo, de 30 años de edad.

Muerte y retiro de grandes maestros

Se trata, también, del gran relevo generacional en el mundo, pues los grandes maestros están muriendo o en situación de retiro: Claudio Abbado, Kurt Masur, Pierre Boulez, y de entre quienes aún viven, Nikolaus Harnoncourt acaba de anunciar su retiro, porque el cuerpo ya no me da; el gran maestro ruso Gennadi Rosdesventski tuvo que cancelar un concierto en Alemania porque resbaló y cayó calles antes de llegar a la sala.

Como publicó el pasado jueves La Jornada, Riccardo Muti también sufrió una caída que requirió una intervención quirúrgica en la cadera. A su vez, el director musical de la Metropolitan Opera House, James Levine, está a punto del retiro debido al agravamiento del mal de Parkinson que padece, a menos que el aumento de dosis en su medicamento lo ayude a recuperarse.

Es el caso del maestro japonés Zeiji Ozawa, quien libra heroica batalla contra el cáncer y va y viene del podio al hospital.

En contraste, todo es alegría en Birminghan, donde llegó apenas en septiembre pasado la joven Mirga a dirigir un concierto como invitada y electrizó a todos. La obligaron a regresar como huésped hace un mes, con repertorio arduo y atractivo: Debussy, Schumann y Sibelius y los ingleses ya no esperaron más y la nombraron la nueva reina de la batuta.