Davos.

Más de un billón de dólares en flujos de inversiones han salido de mercados emergentes en los pasados 18 meses, pero el éxodo podría estar lejos de terminar, debido que economías otrora pujantes parecen estar atrapadas en un débil ciclo de crecimiento e inversiones.

Aunque las economías emergentes no son ajenas a las crisis financieras, los líderes que se reunirán a partir de este miércoles en el Foro Económico Mundial (FEM) de Davos este año temen que este episodio sea más difícil de mitigar.

Debido a temores de un endurecimiento del crédito en Estados Unidos y de la fortaleza del dólar, junto a una desaceleración de la economía china y una implosión del superciclo asociado de las materias primas, existe una creciente ansiedad de que no haya un fuerte repunte cuando termine el actual periodo de debilidad.

El panorama global y los motores para los mercados emergentes son muy diferentes a 2001, comentó el jefe de mercados emergentes en ICBC Standard Bank, David Spegel, en referencia a la época en que Asia, Rusia y Brasil se recuperaban de los golpes de la crisis de fines de la década de 1990.

En esa época, todas las estrellas estaban alineadas para la globalización y los mercados emergentes fueron los que más se beneficiaron. Esta vez, simplemente no tenemos esos catalizadores, comentó.

En 2001, el principal catalizador fue China. Su entrada en la Organización Mundial del Comercio desató un milagro de exportaciones e inversiones de una década que impulsó a su economía del sexto al segundo lugar mundial.

Su ascenso respondió por buena parte del mundo en desarrollo, desde exportadores de soya y acero latinoamericanos a talleres asiáticos que se convirtieron en parte de su enorme cadena de abastecimiento fabril. Pero ahora su desaceleración está golpeando a esos países en forma igualmente dura.

Las exportaciones de mercados emergentes –desde automóviles coreanos al cobre chileno– están declinando a la mayor tasa anual desde la crisis de 2008-2009, según UBS. La conclusión pesimista a la que están llegando algunos es que el efecto chino posiblemente fue un cambio único en la vida, cuyos efectos se están disipando para siempre.

Analistas como JPMorgan estiman que desde mediados de 2014 han salido de China casi un billón de dólares y que sólo las reservas de su banco central habrían declinado en más de 500 mil millones de dólares el año pasado.

No obstante, existen algunos lugares destacados, como India y México. Pero ante el aumento del temor con China y una recesión en Brasil y Rusia por segundo año consecutivo, muchos temen que el regreso de las inversiones en el sector no se verifique pronto.

El temor a grandes salidas de dinero está en la mente de las autoridades. Para afrontarlas las economías emergentes podrían recurrir a medidas radicales, como intervenciones coordinadas en el mercado de valores, sugirió el jefe del banco central mexicano, Agustín Carstens.

Participarán empresarios y funcionarios públicos mexicanos

Unos 30 líderes, en su mayoría empresarios, pero también políticos y editores de medios de comunicación, conforman la delegación de México que participará en el Foro Económico Mundial, que será inaugurado este miércoles, con el título Gestionando la cuarta revolución industrial.

Al grupo, compuesto por empresarios asiduos al foro, se unirá la delegación del presidente Enrique Peña Nieto, que llegará a la estación alpina suiza a finales de semana luego de dos años de ausencia en la cita y que el viernes desarrollará la mayor parte de su agenda.

Figuran el presidente de Cinépolis, Alejandro Ramírez; el presidente ejecutivo de Femsa, José Antonio Fernández, y el presidente de América Móvil, Carlos M. Jarque.

Asistirán el director ejecutivo del Grupo Salinas, Pedro Padilla; los presidentes del grupo multimedia Lauman, Manuel Arroyo, de Alfa, Armando Garza, y el de Coppel, Agustín Coppel.

En la parte institucional participarán el director general de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya; el director de ProMéxico, Francisco N. González Díaz; el presidente de la Comisión Federal de Electricidad, Enrique Ochoa Reza, y el ex gobernador del Banco de México Guillermo Ortiz.