Decenas de personas de diversas organizaciones civiles y de derechos humanos realizaron este domingo una visita colectiva a Nestora Salgado, comandanta y líder de la policía comunitaria en Olinalá, Guerrero, en el penal femenil de Tepepan, en la ciudad de México, donde actualmente se encuentra recluida, tras casi dos años y medio de injusta e ilegal prisión.

En una carta enviada desde el penal, Nestora Salgado expresó su confianza de que el nuevo gobierno de la entidad se desista de la acción penal, a fin de obtener su libertad. Esto, a pesar de que hace apenas unos días se hizo público que la primera sala del Tribunal Superior de Justicia del estado decidió rechazar un recurso de apelación presentado por su defensa, ratificando con ello la formal prisión en su contra, por el delito de secuestro agravado.

A pesar de toda esta injusticia que se ha cometido conmigo, tengo la esperanza de que el gobierno de Guerrero y la fiscalía se desistan, que se den cuenta de la grave violación que han hecho en un proceso falso y tomen en cuenta las pruebas que he presentado, dijo.

En la explanada de ingreso al penal de Tepepan, en la delegación Xochimilco, decenas de integrantes de las organizaciones sociales, junto con activistas y varios artistas, se dieron cita para insistir en la exigencia de la libertad inmediata e incondicional de la señora Salgado y de otros siete integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) de El Paraíso y Zitlatepec, presos también desde agosto de 2013.

Durante las casi cinco horas que duró el acto se organizaron varios grupos de dos, tres y hasta cuatro personas cada uno para poder ingresar al Centro Femenil de Readaptación Social Tepepan y visitar a la defensora comunitaria.

En el mensaje enviado, Nestora Salgado agradece desde lo más profundo de mi corazón el apoyo y la solidaridad expresados por las organizaciones y personas presentes, y al mismo tiempo pidió que estas acciones no cesen en un futuro, y se continúe con la exigencia de la libertad de todos los presos políticos y de conciencia en el país.

Señala que su reclusión se da sin haber cometido un solo delito. He sido castigada y torturada sólo por pedir paz para mi comunidad y por impedir que nos siguieran matando y desapareciendo a nuestros jóvenes, a nuestra raza, dice parte del texto, leído por Giovanni Salgado, sobrino de la comandanta guerrerense.

No podemos seguir permitiendo y cooperando con un sistema injusto, porque quien acepta la injusticia y el abuso pasivamente está tan mezclado con él como el que ayuda a perpetuarlos, y quien acepta el mal sin protestar en realidad está cooperando con él, señala otra parte del texto.