Los índices de consumo de alcohol y drogas en el sector de los trabajadores son elevados, por lo que se trata de un contrasentido que mientras organizaciones y sindicatos realizan acciones para atender este problema, en el país se ha abierto una puerta para flexibilizar el consumo lúdico de enervantes como la mariguana.

En entrevista, el secretario general de la Confederación Regional Obrero Mexicana (CROM), Rodolfo González Guzmán, enfatizó que este problema es complejo y profundo, y que en diversos centros de trabajo se hacen pruebas toxicológicas a los empleados, pero no se da de baja a los que tienen alguna adicción.

Un día hicimos pruebas y de 15, salieron positivas 12; el empresario dijo que los iba a despedir, pero hubo oposición del sindicato, relató el dirigente, y agregó que primero se investigó el desempeño de cada uno de los agremiados y se comprobó que aun cuando tenían este problema, eran los más cumplidos, los que más trabajaban, no llegaban tarde, cuidaban su área, laboraban bien. Por ello se han establecido programas para apoyarlos y que dejen de drogarse.

González Guzmán comentó el caso de una empresa de costureras donde las trabajadoras combinaban gotas oftalmológicas con refresco y la bebida se convertía en una droga que les permitía tener mayor rendimiento, que sintieran menos cansancio y tener mayor productividad. Es decir, se dopaban para aguantar más horas laborando.

Por ello se hizo una asamblea a la que se llevaron los envases de los productos que se encontraron en los cestos de basura, pero también se invitó a un médico a que les hablara de los factores secundarios, de los riesgos para su organismo de este consumo, y se les recordó que los daños no los podía compensar el salario que ganaran por el destajo o las horas extras, apuntó el dirigente.

También planteó que otra característica de las adicciones entre los trabajadores es que consumen productos baratos, porque no tienen recursos para tomar sustancias caras, no les alcanza para drogarse o intoxicarse con enervantes o alcohol de precio elevado, lo que significa un doble riesgo para la salud.

Comentó que es una cuestión contradictoria que los sindicatos pugnen por atacar las adicciones cuando en el país se abrieron canales legales para el uso lúdico de la mariguana. No obstante, somos respetuosos de lo que la Suprema Corte de la Nación determine en cuanto al consumo de drogas o alcohol; lo único es que se considera que se debe crear conciencia y llevar a cabo información puntual a las trabajadores, pues las adicciones no sólo les hacen daño a éstos y a las empresas, sino también al sector salud.

Hizo ver que otro problema laboral importante es abatir la siniestralidad, que tiene que ver con muchos factores, en primer término con una falta de cultura de protección que hay a nivel general, pero que se agudiza entre los empleados que no están acostumbrados a laborar con mascarillas, caretas, guantes, cascos o lentes.

El dirigente de la CROM reconoció que la mayoría de las comisiones de seguridad en empresas son de membrete, es decir, se dedican a llenar las actas, pero no hacen una vigilancia real de las condiciones de seguridad, y no se atienden cuestiones como la indolencia de los trabajadores para no usar el equipo necesario o la falta de inversión de las empresas en este punto.