s costumbre iniciar el año tratando de imaginar algunos escenarios sobre el futuro inmediato. Es un acto cuasi lúdico, cuando son optimistas, y sadomasoquista, cuando son pesimistas.
Tomando en consideración lo dicho, y a partir de los comentarios de diversos analistas políticos, he aquí algunos de esos escenarios posibles en los próximos doce meses en la vida política, económica y social de Estados Unidos.
Uno. El senador Bernie Sanders y el empresario Donald Trump no podrán obtener la candidatura de sus respectivos partidos políticos. Sanders tiene una visión de la política que buena falta le hace a su país: justicia social y económica, mediante reformas que garanticen una mejor distribución del ingreso y mayores beneficios para la mayoría de la población. Su problema es que Estados Unidos aún no está preparado para un socialismo democrático como lo que él propone. Donald Trump es un empresario cuya esencia es la antipolítica. Su inesperada popularidad inicial tiene origen en la grosera forma en que se refirió a los mexicanos acusándolos de traficantes y violadores. Más recientemente insultó a los musulmanes acusándolos de terroristas y proponiendo que se suspenda la expedición de visas a todos ellos. Los miembros de su propio partido han expresado su desaprobación y condenado tales exabruptos, sabedores del costo que tendrán en la elección de noviembre. Su brutal franqueza
ha cautivado a una amplia franja de votantes hartos de la polarización política y la incapacidad del Congreso para llegar a acuerdos con el Ejecutivo. De acuerdo con la opinión de diversos comentaristas, el establishment del partido le impedirá por todos los medios ganar la candidatura.
Dos. La reforma migratoria se mantendrá en el congelador. En un ambiente en el que la mayoría de los precandidatos conservadores han enardecido a los sectores más reaccionarios con la idea de los migrantes como los causantes de los males del país. Será imposible que del Congreso emerja un acuerdo sobre dicha reforma.
Tres. No obstante los esfuerzos del Partido Republicano por denostar la reforma al sistema de salud conocida como Obamacare, sus intenciones por derogarla no fructificarán. Hay un importante sector en ese partido que está consciente del costo político que representaría eliminar aproximadamente a 20 millones de personas que la reforma incorporó a los servicios de salud. La reacción en contra de tal medida sería desastrosa para los republicanos.
Cuatro. Será muy difícil lograr una verdadera reforma al sistema financiero, como propone el senador Sanders. Los poderosos intereses de Wall Street continuarán imponiéndose. Debido a la impunidad de quienes ocasionaron la gran crisis que explotó en 2008, no sería extraño que una crisis similar se repitiera en los próximos años.
Cinco. La política exterior de Estados Unidos seguirá siendo incierta. Por un lado hay poderosos intereses que insisten en que debe continuar en su rol de policía mundial. Por el otro, hay una mayoría cansada de las miles de vidas que ha costado ese rol dentro y fuera del país, por no decir los millones de dólares que han pagado todos los estadunidenses, pero que sólo han beneficiado a unos pocos.
Hay otros hechos que impactarán la vida de los estadunidenses en los próximos meses, como la prioridad en el cuidado del medioambiente, pero tal vez el más trascendente será la elección de su primer mandatario. En este sentido hay una alta posibilidad de que una demócrata sea quien llegue a la Casa Blanca.