Funcionarios mexicanos dijeron que la recepción de cubanos procedentes de Centroamérica no representaría una crisis migratoria para el país, porque el flujo de isleños tiene de por sí un nivel sin precedente desde 2006, con alrededor de 10 mil ciudadanos de esa nacionalidad presentados ante la autoridad migratoria, de los cuales se repatrió a menos de 400. Al resto se les dio un documento que les permite, si así lo desean, seguir su camino a Estados Unidos.

Indicaron que a los isleños se les continuará aplicando el protocolo de ley: solicitar información de identidad a la embajada cubana y, en caso de no obtener respuesta, se les otorgaría un oficio de salida, con vigencia de 20 días, para que abandonen México por sus propios medios.

Por lo pronto, México se mantiene a la expectativa de la decisión de su contraparte costarricense en torno al envío de cubanos varados en aquella nación centroamericana. Información periodística indica que son más de 7 mil los cubanos en esta situación y que el martes próximo saldrá un primer grupo de 180 personas rumbo a la frontera sureña de México.

Los funcionarios del INM consultados por La Jornada dijeron: “Si la embajada no responde, no se puede devolver al extranjero. La ley es muy noble: le manifestamos al extranjero la posibilidad de que no lo podemos devolver a su país y se abre la puerta para que regularice su estancia o se le da el ‘oficio de salida’. Lo que decidan hacer los extranjeros varía según la nacionalidad, pero es un hecho que tanto cubanos, como asiáticos y africanos no tienen la intención de quedarse en México” .

En tanto, el cónsul honorario de Cuba en Quintana Roo, Roberto Hernández de Alba, descartó que haya un éxodo de cubanos y dijo que la mayoría de sus compatriotas terminan por regresar a la isla.