Sociedad y Justicia
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Temen que se repita el caso de Ciudad Juárez, invadida por maquiladoras contaminantes

Zonas económicas especiales, amenaza para las riquezas bióticas y etnológicas

El Congreso aprobó instalarlas en Guerrero, Michoacán, Veracruz, Chiapas y Oaxaca

Exigen respetar los polígonos de las áreas naturales protegidas y no incentivar el cambio de uso de suelo

 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de enero de 2016, p. 32

Las zonas económicas especiales (ZEE), proyectadas para instalarse en estados del sureste del país, son una redición de viejos programas, como el Plan Puebla Panamá (PPP) y además se ubicarán en áreas ricas en diversidad biológica, por lo que afectarán territorios del plan de conservación Corredor Biológico Mesoamericano (CBM), afirman analistas.

Se instalarán en Puerto Chiapas, Puerto Lázaro Cárdenas –en la colindancia entre Michoacán y Guerrero–, y el corredor industrial Interocéanico, en el Istmo de Tehuantepec, que conectará el océano Pacífico con el Golfo de México, desde Oaxaca hasta Veracruz. De acuerdo con la iniciativa aprobada en el Congreso, son regiones con alto potencial productivo, logístico y con posibilidades de enlazarse con el resto del país y nuevos mercados internacionales.

Guerrero, Michoacán, Veracruz, Chiapas y Oaxaca, donde está previsto instalar las zonas económicas especiales, son estados con gran biodiversidad y recursos forestales, por lo que los proyectos pueden crear conflictos por la tenencia de la tierra, con las culturas locales y la conservación de los ecosistemas, explicó Iván Zúñiga, del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible.

Incremento de la urbanización

Están ubicadas en territorio del CBM, iniciativa internacional que busca mantener la diversidad biológica, reducir la fragmentación de la vegetación y conectar ecosistemas; se desarrolla desde 2002 en Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco.

Iván Zúñiga agregó que el éxito de las ZEE con seguridad incrementará la urbanización del sur-sureste del país y la migración campo-ciudad, pero las regiones forestales y campesinas requieren retener a los jóvenes para mantener los bosques y selvas, reproducir las culturas locales y favorecer comunidades vivas. Consideró que se debe definir la forma en que se fortalecerá a las poblaciones locales para que la migración no tenga consecuencias negativas en las regiones rurales.

Recordó que este plan significa la formalización de una nueva política que ya había anunciado en 2014 el presidente Enrique Peña Nieto en el contexto de los sucesos de Ayotzinapa y representan una nueva edición de iniciativas anteriores, como el (PPP) o el Corredor Mesoamericano de Integración, sin incluir ahora a los países de Centroamérica.

El documento base del PPP planteaba centrar la atención en el sur-sureste del país con un conjunto de acciones gubernamentales seleccionadas estratégicamente para atacar en forma directa algunas de las causas estructurales del rezago de la región, en particular en las áreas de desarrollo humano, infraestructura, cambios institucionales y regulatorios, y políticas de Estado que promuevan, incentiven y faciliten las inversiones productivas privadas.

El diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Fernando Rubio, secretario de la Comisión de Medio Ambiente, dijo también que en esa zona se han visto pasar decenas de planes de desarrollo virtuales y reales, como el PPP y el Programa de Desarrollo Regional del Sureste. Se debe tomar en cuenta que estarán en territorio que contiene alta biodiversidad, es parte del CBM y se debe aprender de errores como en Ciudad Juárez, que por una mala aplicación de la política pública, se dieron casos terribles, como el de las maquiladoras que vierten aguas residuales no tratadas a los cauces de los ríos.

Agregó que se deben respetar los polígonos de las áreas naturales protegidas y no incentivar el cambio de uso del suelo forestal a otra actividad. Hay regiones en las que trabajar los bosques puede ser sustentable y debería ser prioridad, ya que existen ejidos y comunidades que han tenido buenas experiencias en el manejo de esos recursos, apuntó. Cada zona debe analizarse como única, tomando en cuenta sus propias características.

Aseveró que las ZEE tienen el denominador común de ubicarse en regiones que albergan riquezas bióticas, arqueológicas y etnológicas permanentemente amenazadas y que al detonar estos nuevos proyectos se aceleraría su desaparición.

Por su parte, Raúl Benet, de Alianza México Redd+, coincidió en entrevista que en esos estados se debería aprovechar el buen manejo de los recursos naturales. Sustituir ese potencial por otras formas de desarrollo en zonas rurales no tendría mucho sentido. En esas entidades hay agua, bosques, selvas, fauna y hay compromisos de conservación. No se debe sustituir el potencial forestal y agrícola, se debe dar acceso a todos los beneficios. Los bosques, dijo, no son plenamente aprovechados.