En vísperas de la llegada de Melchor, Gaspar y Baltazar este 6 de enero a millones de hogares, muchos Reyes Magos acuden de última hora a puestos callejeros que venden chácharas para comprar los mejores juguetes de segunda mano que están deteriorados, sucios, mutilados o rayados.

Ante la difícil situación económica y la falta de empleo, la población de escasos recursos no busca computadoras, tablets, celulares, cámaras digitales o cualquier otro juguete de última generación, sino peluches, casas de muñecas de plástico, carros de control remoto reparados, bicicletas oxidadas, patines, patinetas, balones de futbol, basquetbol o americano remendados, muñecos y Barbies de saldo.

Quienes acuden a tianguis como los de las colonias Renovación Social, El Salado, Santa Cruz Meyehualco, Texcoco, San Felipe de Jesús o el Bordo de Xochiaca, que se encuentran en la periferia del Distrito Federal y en el estado de México, en su mayoría trabajan de pepenadores, venden cartón y botellas de vidrio o PET o recogen basura, así como en el empleo informal, al igual que 29.3 millones de personas que lo hacen a escala nacional, según cifras oficiales.

Sin importarles las condiciones de insalubridad que prevalecen en el lugar –debido a que los puestos colocan su mercancía en el suelo– o de dónde provengan las prendas, decenas de personas recorren cabizbajas el tianguis, algunos junto con sus hijos, tratando de encontrar en las chácharas las mejores ofertas.

Los precios que se ofrecen en estos lugares son hasta 70 y 80 por ciento más bajos que los de los centros comerciales. Las bicicletas desgastadas, por ejemplo, cuestan de 70 a 120 pesos, dependiendo del modelo. Los patines, 40 pesos; patines del diablo que requieren alguna refacción o reparación, 30; carros de plástico para niños no mayores de cinco años, 50 pesos.

Hay artículos más caros, como los carros eléctricos, que cuestan mil pesos. También se dan a muy buen precio algunos juguetes de colección, entre ellos los de Star Wars, X-Men, Los vengadores, Harry Potter y El señor de los anillos que no vienen en su empaque.

De acuerdo con los más recientes datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), durante los dos primeros años del actual sexenio la población en pobreza aumentó de 53.3 millones de mexicanos a 55.3.

Renato vive en la colonia El Sol, en el estado de México, desde hace 30 años. Ha vendido juguetes usados durante una década. Asegura que los artículos que comercializa son recolectados en tiraderos. Para que se vean como nuevos, los lavo con un cepillo de dientes. Si están muy maltratados, les doy una manita de gato, los arreglo y los pinto.

Además, asegura que muchos comerciantes que venden por Internet les compran todo tipo de artículos para comercializarlos mucho más caros en los mercados digitales.

Estos juguetes son una opción para que lleguen los Reyes Magos a la casa, ya que todo está muy caro. Yo trabajo en casa ajena y mi esposo lava carros. Apenas nos alcanza para comer, y Melchor, Gaspar y Baltazar no cuentan con el presupuesto suficiente para llevar regalos a mis cinco hijos, lamenta Enriqueta, mientras levanta una muñeca con los cabellos desgreñados.