Para 2016 se estima que 6.7 millones de mexicanos de 65 años y más recibirán una pensión no mayor a mil 92 pesos mensuales por concepto de jubilación o pensión contributiva (desempleo, incapacidad temporal o permanente, entre otras).

Según el Consejo Nacional de Población, de continuar al alza el envejecimiento poblacional, en 2050 se presentará una proporción de 73 adultos mayores de 65 años por cada cien personas menores de 15.

En el acuerdo por el que se emiten las reglas de operación del Programa Pensión para Adultos Mayores para 2016 –publicado ayer en el Diario Oficial de la Federación–, el Estado reconoce que la aplicación de diversas medidas legales y de política pública orientadas a la protección de ese grupo poblacional se han visto frenados por la insuficiente cobertura de los sistemas de pensiones, el limitado acceso a servicios de salud de calidad y la escasa cultura de prevención de enfermedades.

Dichos factores, planteó en el texto, agravan la vulnerabilidad natural resultante del final de la vida productiva, llevando a la dependencia debido a las enfermedades crónicas y la reducción de la funcionalidad de las personas adultas mayores.

Refiere que datos estadísticos demuestran que una de cada cuatro personas mayores de 65 años tiene alguna dificultad con las actividades básicas de la vida diaria (bañarse, vestirse, utilizar el sanitario, caminar, acostarse y levantarse).

Con el programa Pensión para Adultos Mayores, el gobierno busca asegurar un ingreso mínimo, de 580 pesos mensuales, con entregas bimestrales, para las personas mayores de 65 años de edad en situación de carencia o pobreza, así como la entrega de apoyos de protección social a las que no reciban una pensión o jubilación superior a la línea de bienestar mínimo.