Las muestras de los artistas italianos recibieron más de 386 mil espectadores
Unas 320 mil personas visitaron Obsesión infinita, de Yayoi Kusama, en el museo Tamayo
Martes 29 de diciembre de 2015, p. 4
Este ha sido el año del rating en lo que a exposiciones se refiere, debido a la afluencia masiva en los museos.
La muestra que impuso tal modalidad para evaluar el interés suscitado por las exhibiciones fue Obsesión infinita, de la japonesa Yayoi Kusama (Matsumoto, 1929), retrospectiva que devino fenómeno de los medios sociales, pues en menos de cuatro meses (del 25 de septiembre de 2014 al 16 de enero del presente) atrajo unas 320 mil personas –todo un récord para los recintos culturales del otrora Consejo Nacional para la Cultura y las Artes– a verla en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, un hito para ese recinto.
Incluso el último fin de semana se organizó el Maratón Tamayo
en el que ingresaron casi 10 mil personas durante las 36 horas que permaneció abierto el museo de forma ininterrumpida. Además, el público se formó y pernoctó muchas horas con la finalidad de conseguir un boleto de entrada. Había 2 mil 80 disponibles diariamente.
Sofía Provencio, entonces responsable del área de comunicación del museo, consideró a título personal a la artista famosa por su uso del punto y concepto sicodélico, una gran máquina de mercadotecnia
. Las selfies fueron parte esencial de la exposición. No se permitía tomar fotografías en las salas, pero sí dentro de las denominadas inmersiones
–los vigilantes animaban al público a hacerlo–, pues de esa forma Yayoi se filtraba a las redes sociales.
Necesidad de citas programadas
Otra exposición que fue muy atractiva, Leonardo, Rafael, Caravaggio: una muestra imposible. Las obras de arte en la era de la reproducción digital, montada en el Centro Nacional de las Artes, fue visitada por 186 mil 14 personas del 15 de enero al 19 de abril.
El éxito del año fue a todas luces el par de exposiciones de obra (11 piezas) de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel (30, entre dibujos bocetos y tres esculturas) inauguradas el 26 de junio en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
Se calcula que entre el acto inaugural y el día de la apertura al público 6 mil 160 personas visitaron Leonardo da Vinci y la idea de la belleza y Miguel Ángel Buonarroti: un artista entre dos mundos.
Cuando la de Da Vinci terminó el 23 de agosto, la cifra de asistencia se acercaba a las 300 mil visitas, misma que creció a 386 mil 178 para el 27 de septiembre, fecha del cierre de la muestra de Miguel Ángel. En ambos casos se organizaron maratones de despedida los últimos fines de semana de cada muestra.
Traer a México exposiciones de esa envergadura obligó a las autoridades a replantear la forma de venta de los boletos o su distribución en días de entrada gratuita como los domingos. También la ampliación de horarios de visita.
El primer domingo de exhibición a las 11 horas trabajadores del museo avisaron a las personas de la fila que daba la vuelta al Palacio de Bellas Artes quién sería la última en ingresar ese día, pues sólo había 3 mil 300 boletos disponibles. Hasta ese momento las entradas sólo se adquirían en el museo. Luego fue posible por conducto de una empresa privada. También se implementó el sistema de citas programadas.
El fallecimiento el pasado 22 de febrero de la renombrada periodista Raquel Tibol (1923-2015), decana de la crítica de arte en México, causó sentimientos encontrados. Polémica, íntegra, sin pelos en la lengua, independiente, jamás fue complaciente con nadie ni estaba sujeta a amiguismos, o a las instituciones; incluso llegó a decir que diario se ganaba un enemigo nuevo. ¿Quién no se sintió intimidado ante un posible tibolazo?
Antes de fallecer Tibol el Museo Soumaya Fundación Carlos Slim recibió cuatro donaciones de la estudiosa, consistentes en su archivo documental con su sección hemerográfica y otra con sus mecanografiados, así como su biblioteca de arte y la de su esposo el investigador Boris Rosen (1917-2005). A la también curadora le importaba que se conociera el peso de su trabajo en el arte contemporáneo de México
, según su hija, Nora Satanowsky.
El 12 de enero falleció el arquitecto restaurador, docente y autor Carlos Flores Marini, conocido por su férrea defensa del patrimonio de México.
La muerte por cáncer el 20 de abril del curador y promotor cultural Carlos Ashida, de 59 años, en Guadalajara, causó hondo pesar en el ámbito artístico. Al morir era curador en jefe del Instituto Cultural Cabañas.
El director de teatro y cine, actor, pintor, poeta, escultor e inventor Gelson Gas (DF, 1933) falleció a mediados de julio. Ángel Sánchez Gas, su nombre real, se relacionó con el geometrismo mexicano.
A muchos dejó boquiabiertos la suspensión, sin explicación, de la retrospectiva del artista austriaco Herman Nitsch (1938) en el Museo Jumex. Programada para inaugurarse el 27 de febrero, un mes antes se inició una campaña en Internet en la que se solicitaban firmas con la finalidad de que no se realizara la exposición, pues se rechazaban la mutilación y el sacrificio de animales durante las acciones teatrales de Nitsch, aunque para la muestra no se planeaba ningún ejercicio así. La polémica provocó la salida de Patrick Charpenel, luego de tres años de dirigir el recinto.
Toledo en el Metro Zapata
En lo que a exposiciones se refiere destacó la presencia del artista, promotor cultural y activista Francisco Toledo en la ciudad de México. El 29 de enero el pintor y escultor llevó su campaña contra del maíz transgénico a la estación Zapata del Metro, lo que causó revelo en los medios de comunicación e hizo que Toledo literalmente saliera corriendo del lugar. No pudo repartir volantes, como tenía planeado.
Luego, el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda hizo un nuevo montaje de la carpeta de dibujos del proyecto Pinocho. La gran exposición, sin embargo, fue Duelo, de 95 piezas de cerámica alusivas a la violencia, los desaparecidos, las huellas de la delincuencia y el dolor, abierta el 22 de octubre en el Museo de Arte Moderno.
Este año se conmemoró a Ma-thias Goeritz (1995-1990), en el centenario natal del artista. La actividad más relevante fue la apertura de El retorno de la serpiente: Ma-thias Goeritz y la invención de la arquitectura emocional, de más de 200 obras, en el Palacio de Cultura Banamex. Organizada por el madrileño Museo Reina Sofía, la muestra se montó en el Museo Amparo, de Puebla.
José Luis Cuevas hizo su reaparición pública ante la prensa escrita en vísperas de su cumpleaños, el 26 de febrero, para anunciar su exposición Doscientas cartas amorosas a Beatriz del Carmen en el museo que lleva el nombre del dibujante.
El Museo Universitario Arte Contemporáneo mantuvo su buen nivel con exhibiciones como las del sudafricano William Kentridge y el mexicano Vicente Rojo. El Museo Nacional del Arte montó muestras del británico David Hockney, y las temáticas Yo, el rey: la monarquía hispánica en el arte y Los modernos. La Antigua Escuela de San Ildefonso lució con Lo terrenal y lo divino: arte islámico de los siglos VII al XIX y Corpus del escultor Javier Marín.
Quedó constituida la Fundación Leonora Carrington, con la finalidad de proteger y promover la obra de la artista.