os anuncian nuevas entregas del país en el sector energético. La primera es un anuncio oficial, de empezar una licitación para líneas de transmisión eléctrica (alta tensión, estratégica, se anuncia como de corriente continua), que para conectar al istmo de Tehuantepec con el centro del país (ya está conectado, no estaría mal una mejora que, como todas las anteriores, fuera de fabricación nacional y de la Comisión Federal de Electricidad).
La insistencia en importar crudo ligero de Estados Unidos, cuando se está exportando crudo ligero Olmeca, es insoportable. Ya sé, las mordidas, pero también importa Petróleos Mexicanos (Pemex), ¿no?
La otra entrega del país viene originalmente de la prensa internacional. Es en el sentido de que por falta de recursos, por las bajas en la producción de petróleo y en su precio, se concursarían por lo menos partes de refinerías (también estratégicas).
La versión nacional, ya más reciente, es que aún no hay solicitud para construir refinerías
. En los tres casos se plantean o discuten el ritmo y la forma de seguir con la entrega del país.
Esa entrega, sin embargo, les ha costado caro, como se vio en las pasadas elecciones, como veremos.
Otro aspecto, que aparentemente no tiene que ver, es un paso importante del Partido de la Revolución Democrática (PRD): en una reunión del organismo que lo dirige, aprueban la coalición con el Partido Acción Nacional (PAN) a las elecciones de gobernador, y asociadas, en Zacatecas y Durango. En el primer caso el candidato sería del PRD, y en el segundo, del PAN. Hay otros casos en discusión: Puebla, Veracruz, Tamaulipas, Oaxaca, Tlaxcala e Hidalgo, que se verían en otra reunión del 5 de enero.
En Zacatecas, hay un límite para registrar candidatos oficiales, el 2 de enero. Esto haría más difícil un retroceso.
Casi puede afirmarse que la alianza con el PAN se convierte en una política oficial del PRD, a pesar de las oposiciones que públicamente se han expresado dentro del mismo partido.
El jueves 24 apareció otra declaración de miembros importantes del PRD en estas páginas, en contra de las alianzas con el PAN en Veracruz y en Puebla. Sus argumentos son de peso, pero aún si esos dos casos se anularan, el resto de estados, incluidos los que ya se aprobaron, representan una alianza con el PAN, con la derecha.
Se hace mucho más difícil, si no imposible, la alianza con otros partidos de izquierda. La mayoría de la izquierda rechaza al PAN y lo ve como alternativa reaccionaria del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Recordemos la secuencia de presidentes y de sexenios; los citamos por su año inicial (ver cuadro)
Y, como vemos, el peligro, en 2018, si no puede ya el PRI, el ganador será el PAN.
Observamos que el PRI ha perdido mucho con los ciudadanos. Entre las elecciones de 2009 y del pasado 7 de junio ya vimos en detalle que el tricolor perdió aproximadamente un millón 200 mil votos, pero consiguió, en alianza con el Partido Verde, la mayoría y el control de la Cámara de Diputados.
Si sigue perdiendo así, y con la izquierda dividida, vuelve a quedar el PAN… y con el apoyo del PRD.
Los gobiernos del PAN en ciertos sentidos fueron peores que los anteriores del PRI, pero la política económica fue sustancialmente la misma. Por ejemplo, entregaron a empresas extranjeras la región de Burgos, que sería la principal productora de gas natural, y por 15 y por 20 años. Ahora esas entregas son por 30 años. Y han apoyado en lo fundamental la política oficial del gobierno actual en el sector energético.
A lo mejor, con la jerarquía de valores de los líderes del PRD, eso es positivo para ellos. Les tocarán algunos huesitos
, algún gobernador y otros puestos políticos, y otros más si gana el PAN las elecciones presidenciales, pero tienen la pérdida total de su presencia en el plano nacional, en menor o mayor plazo. Y su confrontación con la verdadera izquierda, incluso la que ahora está dentro de sus filas.
Así como el PRI fue ganador de la división de la izquierda en las elecciones del pasado junio, ahora, si no es el PRI, será el PAN. Como antes.