La cineasta María Novaro, quien suma ya 30 años de trayectoria, asegura que el cine ha cambiado para bien, y que hoy en día las mujeres no sufren discriminación, como cuando ella comenzó su andar en esa disciplina.

En entrevista, la directora de cintas como Lola y El jardín del Edén, expresó que si bien eso nunca la hizo desistir de su pasión, las puertas no se abrían al género femenino y el sindicato de cineastas era muy cerrado.

Había un ambiente machista, las mujeres que incursionamos en esa época lo hicimos con ciertas dificultades, mismas que nos hicieron fuertes. Lo mejor es que abrimos un camino interesante y fue una batalla entrañable, consideró.

Expuso que la manera de hacer cine ha cambiado, me gusta pensar en las nuevas maneras, en la tecnología, soy una directora que se ha ido adaptando. Estoy muy agradecida con ser parte del cine, del pasado y del actual.

Dice que aunque no siente nostalgia por la manera de hacer cine, porque no extraño el negativo ni la manera en la que se hacía, digo con mucho cariño que fue una manera diferente de hacerlo, pero no extraño nada de eso.

Las cosas han cambiado para bien y han posibilitado que mucha más gente haga cine, los números han crecido, pero la gran tarea es que nuestro cine se vea en las salas. La producción está bastante bien, es mucho más vigorosa y bien hecha.

Sobre su nueva película Cangrejos, indicó que está terminando la edición y la posproducción, se trata de una cinta para niños que filmó en la costa grande de Guerrero a principios de 2015.

Es una película de acción viva. Va a estar lista a mediados de 2016 y la hice por y para mis nietos, quienes también participaron en la filmación, agregó.

Para Novaro, la abuelés es el estado privilegiado en la vida, por lo que lo está gozándolo mucho. Me divertí muchísimo al hacer esta película, enfatizó.

La trama se desarrolla en una comunidad de la Costa Grande de Guerrero, y cuenta cómo unos niños güerillos, que traen una tablet y tecnología sofisticada, llegan a vivir a una comunidad, y al entrar a la primaria local y convivir con los niños de la escuela , éstos les enseñan a pescar jaiba y otras tradiciones.

Ocurre un intercambio de información y se hacen buenos amigos, incluso forman una banda para buscar el tesoro de un pirata que estuvo por esa zona, comentó la directora