Roma.

El papa Francisco pidió ayer paz para varias regiones del mundo, entre ellas Cercano Oriente y Colombia, en su mensaje de Navidad, conocido como Urbi et orbi (A la ciudad y el mundo), leído ante unas 40 mil personas reunidas en torno a la basílica de San Pedro.

Que israelíes y palestinos puedan retomar el diálogo directo y alcanzar un entendimiento que permita a los dos pueblos convivir en armonía, superando un conflicto que les enfrenta desde hace tiempo, con graves consecuencias para toda la región, dijo.

También manifestó su esperanza de que el acuerdo logrado recientemente en Naciones Unidas permita cuanto antes acallar el fragor de las armas en Siria y remediar la gravísima situación humanitaria de la población extenuada.

Igualmente importante, agregó, es lograr el apoyo para un gobierno de unidad en Libia, para que se superen las graves divisiones y violencias que afligen el país.

Llamó a la comunidad internacional a que ponga atención de manera unánime en que cesen las atrocidades que, tanto en estos países como en Irak y Yemen, así como en África subsahariana, causan todavía numerosas víctimas, provocan enormes sufrimientos y no respetan ni siquiera el patrimonio histórico y cultural de pueblos enteros.

Asimismo, Francisco pidió paz y concordia para la República Democrática del Congo, Burundi, Sudán del Sur, Ucrania y Colombia.

Que la alegría de este día ilumine los esfuerzos del pueblo colombiano para que, animado por la esperanza, continúe buscando con tesón la anhelada paz, afirmó.

Se refirió también a la dramática situación que viven millones de refugiados en el mundo que huyen de la guerra, viajando en condiciones muchas veces inhumanas y con serio peligro de su vida.

Francisco recordó a las víctimas de los ataques terroristas, particularmente de las recientes masacres sucedidas Egipto, Beirut, París, Bamako y Túnez.