Policías antimotines embisten durante negociación con autoridades; la CNDH atrae el caso
Hay seis personas golpeadas, entre ellas dos maestras
Es una traición
, acusa dirigente
Titular de Gobierno niega represión
Reciben dos mensualidades y aguinaldo; falta retroactivo
Jueves 24 de diciembre de 2015, p. 23
Xalapa, Ver.
Armados con escudos, toletes y bastones eléctricos, policías antimotines de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado desalojaron a un grupo de pensionados y jubilados que bloqueaban la calle Enríquez, en protesta porque el gobierno de Veracruz incumplió su compromiso de pagar las pensiones de noviembre y diciembre, el aguinaldo y un incremento de 3.4 por ciento. retroactivo del primero de enero hasta octubre. Seis personas resultaron lesionadas, entre ellas dos maestras.
A las 11 horas de ayer, representantes de la Coalición de Pensionistas Independientes del Estado de Veracruz (Copipev) estaban reunidos con autoridades estatales en el palacio de gobierno. Fuera del inmueble, otro contingente se manifestaba.
El secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, estaba con nosotros en la reunión, cuando de pronto comenzó a hablar por teléfono y se fue. Estábamos esperando que regresara, pero en el ínterin nuestros compañeros comenzaron a llamarnos y a decirnos que la policía había llegado para desalojarlos
, relató Humberto Hernández Vargas, miembro de la coalición.
Agregó que cuando la comisión de pensionados se enteró de la embestida policiaca, se retiró de la mesa de diálogo. Salimos y me encuentro con que la policía estaba desalojando a los compañeros en forma violenta. Se formaron frente al palacio y en la calle Rafael Lucio
.
Los efectivos de la SSP replegaron a los ancianos.Con los escudos daban empellones a los compañeros y con los toletes les pegaron a varios
, aseveró Hernández Vargas. Relató que trató de defender a sus colegas, pero otros compañeros nos jalaron para no caer en provocaciones
.
Los empellones y jaloneos duraron entre 15 y 20 minutos, hasta que los policías replegaron a los manifestantes y reabrieron la calle. En el forcejeo, seis personas, entre ellas las maestras Edith Muro y Rosario Piña, resultaron lesionadas por golpes y rasguños.
Una vez que desalojaron a los jubilados y pensionados, los policías formaron una valla en la calle Enríquez.
Alrededor de las 13:30 horas los antimotines repelieron un nuevo intento de los manifestantes por cerrar la calle.
El presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Luis Fernando Perera Escamilla, llegó para demandar a las autoridades estatales retirar a los agentes. Su petición fue atendida.
Hernández Vargas consideró un acto de traición
que los hayan citado a dialogar mientras ordenaban a los agentes atacar a los pensionados que se manifestaban pacíficamente.
Adriana Chávez Tejeda, presidenta de la Copipev e integrante de la comisión que dialogaba con las autoridades, cuestionó: ¿Qué le pasa a este gobierno? ¿Qué le pasa al secretario de Gobierno? ¿Con quién cree que está tratando?
A las 14:30 horas, el secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, ofreció una rueda de prensa en la cual se responsabilizó por la intervención policiaca y negó que se hubiera reprimido a los pensionados; únicamente se les replegó
, dijo.
Agregó que envío 50 elementos con escudos y toletes, pero negó que llevaran bastones eléctricos; sin embargo, uno de los manifestantes, quien pidió anonimato, aseguró haber recibido una descarga.
Después de las 14 horas, los pensionados recibieron el pago de las pensiones de noviembre y diciembre, así como el aguinaldo. Quedaron pendientes 80 millones de pesos correspondientes al retroactivo del incremento al salario.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó anoche que atrajo las investigaciones sobre el desalojo de jubilados y pensionados a manos de policías antimotines y señaló que también resultaron agredidos reporteros.
En un comunicado, el organismo anunció que solicitará información a los involucrados a fin de integrar el expediente y, en su momento, emitir la recomendación que corresponda.
Consideró que la convivencia pacífica y el ejercicio pleno de los derechos en una sociedad democrática implican un compromiso compartido entre autoridades y ciudadanos, en el que la actuación de todos debe sujetarse a la ley.