Sanción y cobro de facturas
a finalizó el proceso electoral para integrar la Cámara de Diputados. El escaño que faltaba tras la anulación de la elección en el primer distrito de Aguascalientes lo ganó un panista y el Partido Acción Nacional consiguió los tres distritos de la entidad. El contrincante más cercano, un priísta, bajó las manos al día siguiente y descartó judicializar, de nueva cuenta, lo que se debe resolver en las urnas. Sin embargo, está pendiente la sanción a que se hizo acreedor Carlos Lozano de la Torre por el uso proselitista del camión del gobernador para trasladar a candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) el 7 de junio pasado.
Durante la elección extraordinaria del 6 de diciembre, el gobernador se cuidó de no intervenir y de inmediato sus defensores lo alabaron por comportarse como manda la ley. El resultado de la elección parecía echar abajo la obligación del Congreso local de sancionar al mandatario; sin embargo, el fin de semana el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió que Carlos Lozano de la Torre violó nuevamente la norma al acompañar la entrega de su informe de gobierno de una función en el Teatro Aguascalientes, en la cual dirigió un mensaje que los magistrados de la sala regional especializada del TEPJF consideraron proselitista.
El Congreso local ya fue notificado de la reprochable conducta del gobernador. Aunque la mayoría artificial del PRI (en alianza con el Verde Ecologista de México) ha dado largas al asunto alegando que nadie puede dar órdenes a los diputados, tarde o temprano se tendrá que discutir: es posible que los priístas mayoriteen un simple llamado de atención al gobernador (los panistas piden juicio político); como sea, la sanción pondrá a prueba la autonomía de la legislatura local y su capacidad para actuar sin sesgos partidistas. En el último año de la administración de Carlos Lozano de la Torre llegará el cobro de facturas de miembros de su propio partido que se sienten relegados por la adjudicación de candidaturas para el siguiente año. Al parecer, nadie gana; todos pierden y todos ponen.