Bolivia, tercero en AL
Crecimiento sostenido
Paga precio petrolero
n el último quinquenio la economía boliviana reportó 5.5 por ciento de crecimiento en promedio anual, y de ocupar el escalón número 11 en el contexto latinoamericano cerrará 2015 en la tercera posición –lugar que mantiene desde 2013–, sólo por debajo de República Dominicana y Panamá, con todo y que el desplome de los precios internacionales de los hidrocarburos ha pegado en las arcas nacionales.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el presente año se espera un crecimiento económico de 4.5 por ciento en el país andino, dosis que se repetiría en 2016. ¿Cuál ha sido el comportamiento de Bolivia a lo largo de 2015? El citado organismo especializado de la ONU nos ofrece un rápido paseo temático. Va, pues.
En 2015, por efecto del desplome de los precios internacionales de los principales productos básicos que exporta Bolivia, el crecimiento económico del país se ha ralentizado. Durante el primer semestre fue el sector de los hidrocarburos –que en los últimos años había sido el motor del crecimiento– el que supuso un lastre para la economía. La contribución de la formación bruta de capital fijo al desarrollo ha disminuido en 2015, si bien ha permanecido positiva. Se estima que el crecimiento del PIB de 2015 alcanzará 4.5 por ciento (en 2014 fue de 5.5), respaldado por el consumo estable de los hogares, una política monetaria expansiva y el repunte previsto de la inversión pública a final de año. La posición externa del país sigue siendo sólida, gracias a sus sobradas reservas y a su escasa deuda externa, y a pesar del déficit de su cuenta corriente y de la insuficiencia de las entradas de capital para cubrir la totalidad de la brecha.
El desplome de los precios de exportación ha tenido un fuerte impacto sobre las cuentas fiscales en 2015: a consecuencia de la caída de 23 por ciento de las entradas de los hidrocarburos (que representaron alrededor de un tercio del total de los ingresos en 2014, porción similar a la mexicana), el gobierno ingresó 1.3 por ciento menos en los primeros nueve meses del año respecto del mismo periodo del año anterior.
La caída de los precios internacionales de los productos básicos provocó un déficit en cuenta corriente de 2.3 por ciento durante el primer semestre. El valor de las exportaciones de bienes se desplomó 30.8 por ciento en ese periodo, principalmente como consecuencia de un acusado descenso del valor unitario de los hidrocarburos. El volumen de las exportaciones permaneció relativamente estable, con una ligera reducción de 1.3 por ciento en el caso del gas natural. Los datos preliminares de septiembre sugieren que estas tendencias continuaron en el tercer trimestre del año. El valor de las importaciones también disminuyó (-3.9), debido a la contracción de la compra de productos intermedios, como los combustibles –con precios más bajos– y los materiales de construcción. La mejora de la cuenta de ingresos, con la pronunciada caída de las salidas netas de las rentas de inversión, compensó en cierta medida el empeoramiento del saldo comercial. Las remesas, que constituyen una contribución sustancial al consumo interno de los hogares, se mantuvieron constantes, con un valor de 558 millones de dólares.
Los impuestos al valor agregado y sobre las transacciones crecieron 7.2 y 10.7 por ciento, respectivamente, en línea con el crecimiento del PIB nominal. A pesar del gran aumento presupuestado, los gastos de capital se redujeron de manera significativa (23 por ciento), por lo que durante este periodo los gastos generales disminuyeron 2.4 por ciento. La inversión pública podría aún registrar un repunte, en la medida en que los recién elegidos gobiernos subnacionales comiencen a ejecutar su presupuesto y se produzca el habitual aumento de gastos de final de año. El presupuesto para 2015 proyectaba un déficit del sector público y sigue siendo probable que se produzca. El balance general acumulado entre septiembre de 2014 y septiembre de 2015 fue de aproximadamente -2.1 por ciento del PIB, sobre todo debido a la menor ejecución de la inversión pública.
La deuda pública interna, que en 2014 aumentó, registró una disminución ligera en los primeros nueve meses del año (en diciembre de 2014 se redujo 0.6 por ciento). En contraste, la deuda externa se incrementó 9.4 por ciento, por efecto de los grandes desembolsos realizados por prestamistas multilaterales. El gobierno de Evo Morales anunció en octubre que el país había recibido una línea de crédito de 7 mil millones de dólares de China para financiar la inversión en infraestructura y generación de energía hidroeléctrica. De utilizarse plenamente, esa línea de crédito duplicaría con creces su deuda externa, aunque con fines productivos y de elevar la riqueza nacional (no se endeuda para pagar deuda, como el gobierno mexicano comprenderá).
La actividad económica se ha desacelerado en 2015: el crecimiento acumulado del PIB en el primer semestre del año respecto del mismo periodo del año anterior fue de 4.8 por ciento. La baja de los precios del gas natural, junto con un ligero cambio interanual de la producción (-0.8), se tradujo en la caída de la importante contribución del sector de los hidrocarburos al crecimiento del PIB del país de 0.6 puntos porcentuales en el primer semestre de 2014 a -0.1 puntos porcentuales en 2015.
En 2016 el crecimiento permanecerá estable (4.5 por ciento). El alza de los salarios reales, gracias a la leve inflación, y la mayor disponibilidad de crédito probablemente sustenten el consumo de los hogares, principal motor de la economía. Se estima que la inversión se recuperará ligeramente, en la medida en que durante el año vayan iniciándose proyectos relacionados con el gas natural, principalmente en lo que respecta a la exploración. No obstante, el país seguirá acusando los efectos del descenso mundial de los precios del petróleo, que constituyen uno de los factores fundamentales a la hora de determinar el precio de las exportaciones de gas natural a Brasil y Argentina.
Las rebanadas del pastel
Que dice el ministro Luis Videgaray que la economía crece más de lo previsto
y los especialistas consultados por el Banco de México lo confirman, pues aumentaron su estimación de 2.44 a 2.45 por ciento. ¿Así o más crecimiento?
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