La política migratoria mexicana apoya a los cubanos que buscan llegar a Estados Unidos. El índice de repatriación de ciudadanos de esa nación caribeña presentados ante el Instituto Nacional de Migración (INM) es mínimo, de sólo 3.7 por ciento, cuando el de los centroamericanos alcanza 88.7 por ciento.

La mayoría de los cubanos llevados ante el INM se benefician de la obtención de un oficio de salida que les permiten volver a su país o seguir hacia el norte, dijo el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (SG), Humberto Roque Villanueva, al destacar la escasa de repatriación de cubanos.

Los ciudadanos de Cuba, indicó, no tienen ningún interés de quedarse en México, donde “Hay una ayuda de facto que podríamos calificar de humanitaria”, dijo a La Jornada.

El flujo de cubanos se ha disparado a una escala sin precedente desde 2002, cuando se inició el registro de extranjeros presentados ante el INM.

A juicio de funcionarios mexicanos, el incremento en este flujo migratorio tiene como causa central la reciente recomposición de las relaciones entre Washington y La Habana.

Los isleños quieren llegar a territorio estadunidense a la brevedad porque temen el fin de la Ley del Ajuste Cubano, norma que les permite, al poner un pie en Estados Unidos, convertirse en residentes legales.

Hace 13 años, el INM registró la presentación de 133 cubanos, equivalente a 0.1 por ciento del total de extranjeros en esa condición; para 2005, los mil 516 casos representaron 0.7 por ciento del total y para 2010, con 465 personas en la misma situación, el resultado fue 0.6 por ciento.

En 2014 se inició el aumento notable de cubanos, al llegar a 2 mil 97 los presentados ante la autoridad mexicana, y que representaron 1.6 por ciento del total de extranjeros alojados en estaciones migratorias.

Sin embargo, en 2015 se superaron las expectativas. De enero a octubre la cifra fue de 9 mil 49 cubanos, 5.4 por ciento del total de extranjeros presentados ante el INM. Y sólo fueron repatriados 335.

El subsecretario Roque Villanueva señaló que el gobierno de México no pretende hacer un juicio de sus pares cubanos o estadunidenses, sino aplicar la ley y las opciones humanitarias que ésta incluye.

En entrevista, dijo que el flujo de cubanos ha aumentado en el contexto de la nueva relación entre las naciones referidas.

Eso lo saben los cubanos, los estadunidenses, los panameños, los nicaraguenses y todos los relacionados con esta ruta (salida de caribeños para intentar llegar a Estados Unidos), expresó.

Aquellos cubanos que están en otras naciones, en tránsito, evidentemente no son problema de México.

Con aquellos que llegan aquí se aplica una política migratoria que se inicia con la consulta a embajadas y consulados para verificar la nacionalidad de los extranjeros presentados ante el INM. En este paso –la ley marca un plazo máximo de 60 días para obtener esta información– no hay una celeridad de las autoridades cubanas para el reconocimiento de sus posibles connacionales.

“Entonces se le dice: ‘hermano, no contestó tu país’, entonces ni eres refugiado ni un migrante regularizado. Ello da pie a la autoridad mexicana a decirle ‘a ver qué haces’, pero ese ‘a ver qué haces’ en el fondo es ayudarlos, porque se les da el oficio de salida”, dijo.

Los memorandos firmados entre México y Cuba, precisó, son mecanismos de apoyo para fijar cierto margen de maniobra en el tema migratorio, pero de ninguna manera están por encima de la ley.