Roma.

El gobierno italiano ha provocado la repulsa de curadores y críticos de arte al despedir al director de la galería más prestigiada del país, la Uffizi en Florencia, y dar el cargo a un alemán, acto que un experto describió como una bofetada para Italia.

El ministro de Cultura, Dario Franceschini, convocó a solicitantes internacionales para la dirección de los 20 cargos principales en museos italianos a principios de este año, mediante un anuncio en la revista The Economist. Buscaba directores para rejuvenecer las 20 instituciones, entre ellas las Galerías de la Academia en Venecia, la Pinacoteca Brera en Milán y la Galería Borghese de Roma.

Parece que el nuevo destino de los museos italianos –y su equipo directivo– se escribió con la noticia, el verano pasado, de que una de las obras maestras cumbres del Renacimiento, el Descendimiento de Rafael, se había combado en el calor asfixiante de la galería Borghese porque durante seis meses se hizo caso omiso de los llamados a reparar el aire acondicionado.

Franceschini ha elogiado las nuevas designaciones: Es un paso histórico para Italia y sus museos, que pondrá las bases para la modernización de nuestro sistema de museos.

Pero Antonio Natali, quien ha dirigido la galería Uffizi desde 2006 e intentó volver a solicitar su propio empleo, estaba furioso por ser remplazado por un historiador alemán de arte de 47 años, Eike Schmidt.

Un país que dice querer cambiar no puede darse el lujo de que se vea al viejo director permanecer en el puesto, declaró. Sentí amargura al darme cuenta de lo que estaba ocurriendo.

Muchos críticos han señalado que décadas de gastar menos de lo requerido en la herencia cultural italiana, junto con la deficiente administración, han sido la causa de los problemas en los sitios de la herencia cultural. Pero Vittorio Sgarbi, crítico de alto perfil en la televisión italiana, sostuvo que contratar tantos directores extranjeros era una bofetada a la nación. Llamó a los funcionarios italianos destituidos a rebelarse contra un método de selección que era profundamente injusto y erróneo.

Otro experto en arte, Philippe Daverio, expresó que las designaciones fueron elecciones absurdas. Declaró al Corriere Della Sera: Estas decisiones revelan a un gobierno que ha tirado la toalla.

Angelo Tartuferi, director de la Academia de Florencia, quien fue remplazado por una alemana –Cecilie Hollberg, de 48 años–, arremetió contra la insinuación de Franceschini de que los nuevos directores fueron contratados para compensar las décadas perdidas. Afirmó que Italia inventó los métodos de curación que los expertos alemanes se vieron obligados a estudiar.

Otros expertos respaldaron los nuevos nombramientos. Achille Bonito Oliva, profesor de historia del arte en la Universidad La Sapienza, en Roma, señaló: Por una vez la meritocracia ha triunfado en Italia. Todos los designados son del más alto nivel.

James Bradburne, británico-canadiense de 59 años, recibió uno de los cargos más elevados: director de la Pinacoteca Brera de Milán. Franceschini espera que los nuevos nombramientos conduzcan a horarios extendidos de visita, edificios renovados y finanzas más sanas.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya