Con un campo mexicano en ascenso, el gobierno federal anunció ayer diversas políticas de apoyo a la producción agropecuaria, como el incremento de la superficie de riego tecnificado, mecanización en las superficies de cultivo de pequeños y medianos productores, recuperación de tierras erosionadas, protección poscosecha y una política diferenciada de respaldo a las mujeres productoras.

El presidente Enrique Peña Nieto informó de tales medidas para los próximos tres años a los participantes en la asamblea del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), a quienes agradeció trabajar hombro con hombro con la administración federal para ubicar de nuevo al campo como motor del desarrollo regional y nacional.

Puso en el centro de su mensaje la transformación de la política hacia el agro, para pasar de un visión asistencialista, basada en subsidios, a otra sustentada en incentivos para elevar y democratizar la productividad. Proagro –antes Procampo– cubre este año a 2 millones 300 mil productores.

Más alimentos mexicanos en el país y en el mundo

Hoy, añadió Peña, hay más alimentos mexicanos en el país y en el extranjero. Y dio datos: la producción nacional de maíz, frijol, arroz, sorgo y soya, como proporción de la oferta total, subió de 62 por ciento en 2012 a casi 70 por ciento el año pasado. Asimismo, dijo, en los primeros 35 meses de esta administración las exportaciones agrícolas ascendieron a 74 mil millones de dólares, 66 por ciento más que en el mismo lapso de la pasada administración.

De enero a octubre de este año, las ventas agropecuarias al exterior superaron 22 mil 400 millones de dólares, un crecimiento anual de 5.3 por ciento en relación con el mismo lapso de 2014, y se calcula que podrían cerrar en 28 mil millones de dólares.

Por primera vez en 20 años, el sector primario mexicano tiene una balanza comercial superavitaria, afirmó.

Con todo, de acuerdo con cifras oficiales seis de cada 10 habitantes de zonas rurales –17 millones de mexicanos– se encuentran en situación de pobreza.

El mandatario dijo haber instruido a la Secretaría de Agricultura ir más allá en la meta sexenal de riego tecnificado, ubicada en 450 mil hectáreas, la cual ya se ha cumplido en 92 por ciento.

Se buscará también dotar al sector de más tractores y paquetes tecnológicos de alta efectividad, lograr el objetivo de recuperar de la erosión 200 mil hectáreas en 2018 y apoyar el desarrollo agroindustrial con infraestructura agraria, como cuartos fríos y centros de lavado y empaquetado.

En el caso de las campesinas, el Presidente se comprometió a seguir superando las barreras adicionales que enfrentan para acceder a los programas para el agro.

Se trata, en resumen, de seguir transformando el rostro de la actividad agroalimentaria y consolidar un sector rural moderno y productivo, advirtió en la ceremonia donde además se entregó el Premio Nacional Agroalimentario.

La propia Presidencia ofreció otros datos sobre las condiciones actuales del campo mexicano: 79 por ciento de la superficie sembrada es de temporal y los agricultores enfrentan como principal problemática altos costos de insumos y servicios, pérdidas por clima, plagas y enfermedades, ausencia de capacitación y asistencia técnica, además de difícil acceso al crédito.