Ante la prohibición de tocar en Sinaloa, Calibre 50 dio a conocer su disco Historias de la calle, porque, afirmaron en conferencia de prensa, ellos componen de lo que leen en los periódicos, ven y escuchan en la televisión y en la radio. Nada es secreto, precisaron.

Historias de la calle es una respuesta a lo que llaman censura. Y no le bajan en ningún sentido a su trabajo, a la música para bailar huarachudamente, levantando polvo, y a sus letras, que siguen hablando de El Chapo Guzmán y su segunda fuga, de sus balas calibre 50, que atraviesan muros. De valentones que viven hasta que otro lo tolera.

Con tan sólo cinco años de historia y fundado en Mazatlán, se hicieron llamar Calibre 50 por la fuerza, el poder, de ese proyectil que no lo detiene ningún blindaje. Esa fuerza la quieren, pero en su música, señalaron.

No han aflojado a pesar de las críticas por supuesta apología al hijo de El Chapo y a éste, a quien definen como un Houdini. Reventaron en el mercado con canciones y corridos como Culiacán vs Mazatlán, a dúo con Gerardo Ortiz, otro guerrero grupero que ha sido objeto de censura. Otra rola es Callejero y mujeriego. Su tema El tiempo se fue logró ubicarse en el primer sitio de todas las listas de popularidad gruperas. Corría 2011. El éxito siguió con Te estoy engañando con otra. En 2012 el ascenso siguió con el disco El buen ejemplo. Todo reventó con Mujer de todos, mujer de nadie, Bohemio loco y Gente batallosa, que fue la canción más escuchada del año. Ganaron por ella el premio Bilboard.

El 2013 fue otro ascenso con Aquí estoy y Ni que estuvieras tan buena. Esta fue la rola más tocada del año. Lanzan al mercado Corridos de alto calibre con el sencillo El inmigrante, número uno de la radio.

Renovarse o morir sale en 2014, al igual que Qué tiene de malo, a dúo con El Komander.

Sus integrantes son: Edén Muñoz, voz y acordeón, de Los Mochis; Armando Ramos, guitarra, de Mazatlán; Eric García, batería, de Mazatlán, y Alex Gaxiola, tuba, de Guasave. Historias de la calle es su sexto disco.

Edén dijo: “Nosotros procuramos estar cerca de la gente, que es la que nos ha dado todo. Ellos siempre están al tanto de lo que hacemos. Historias de la calle cuenta la realidad. Todas las canciones están acordes con la temática del disco. Marcamos cómo está el país, cómo está unida una cosa con otra. Son notas que se nos ocurren o que seguimos por la televisión. El amor y el desamor son también historias de la calle. Eso nos pasa a nosotros y a todo el mundo.

“Al mexicano le está afectando el desorden social. Lo que ocurre repercute en los bailes, en los conciertos. Procuramos hacer para el público buenas cumbias, corridos. Hay que escuchar Buscando la manera, que es de superación, para el mexicano que diario se levanta tempranito a echarle ganas. Le pasa que por más que trabaja no le alcanza el dinero; hay un corrido sobre la fuga de El Chapo. Tratamos de recopilar todas esas historias. Irónicamente, somos de Sinaloa y no nos dejan trabajar ahí. No sé cuál sea el motivo, porque lo que cantamos es solamente lo que leemos en el periódico o que lo cuentan en la televisión. En Los Mochis, Sinaloa, trabajamos en 2014 ante 130 mil personas. Estamos seguros de que cuando vayamos nos van a estar esperando. Tocamos donde se puede. El Zócalo de la ciudad de México lo llenamos al tope. El problema de los conciertos es en dos o tres estados, pero nos apoyan en Estados Unidos y en Centroamérica. Nosotros no tomamos al Chapo de héroe. Lo de él y las autoridades es el juego del gato y el ratón.

Homenaje a Joan Sebastian

“También hay un homenaje a Joan Sebastian. Todos componemos. En este disco volvemos a las raíces de Calibre 50. Sabemos que la gente se esfuerza por ganarse la vida, pero no es fácil, no le alcanza. De este lado también es complicado. Somos el reflejo de todos los mexicanos a los que nos gusta trabajar. Nos tiene que ir bien porque en un baile hay gente alrededor que vende comida, hay barras, taxis... somos muchos. Cuando nos aplican la censura y nos tratan hasta de delincuentes, por la música que tocamos y cantamos. A fin de cuentas no estamos mintiendo. Todo ahí está.

Cuando en la carretera nos paran en los retenes y les decinos que somos Calibre 50 nos piden un autógrafo.