Con la iniciativa de reforma a la Ley General de Salud que impulsan el Gobierno del Distrito Federal (GDF) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para legalizar el uso medicinal de la mariguana, lo que se busca es que medicamentos elaborados con esa droga, que ya están probados y autorizados para su venta en otros países, sean también accesibles para los mexicanos, señalaron el jefe del Ejecutivo local, Miguel Ángel Mancera, y el ex rector de la máxima casa de estudios, Juan Ramón de la Fuente.

El mandatario afirmó que la legislación que prohíbe el uso de la cannabis para estos efectos es incongruente y contraria a tratados en materia de derechos humanos, al negar a un enfermo la posibilidad de allegarse de medicinas que puedan aliviarlo y que son producidas por laboratorios autorizados.

Agregó que este tema no se puede llevar a un debate que puede durar varios meses, pues se trata de un tema de salud pública que no podemos controvertir; de allí que, agregó, se presenta una propuesta que de ser aprobada beneficiará a todo el país.

La ciudad de México va a impulsar la iniciativa con toda decisión. Hay que hacerlo por la gente que hoy padece un mal y que no tiene la culpa de que una disposición legal la aleje del alivio que puede sentir, acotó el mandatario al señalar que si sustancias como el opio y la morfina se recetan, por qué no hacer lo mismo con la cannabis.

De la Fuente señaló que están probados los beneficios de la mariguana en media docena de enfermedades, como la esclerosis múltiple, para las cuales existen ya medicamentos específicos que, con los requisitos de las autoridades sanitarias, pueden estar disponibles para prescripción médica con recetarios especiales, en farmacias autorizadas y con control estricto.

Agregó que la iniciativa, que será llevada a la Cámara de Diputados por el Partido de la Revolución Democrática, no se mete con la producción ni el cultivo de esa droga, y sólo implica reformar los artículos 237 y 245 de la Ley General de Salud, para que la cannabis pase del grupo uno, donde se ubican las sustancias que no tiene ningún uso medicinal, al grupo tres, en el que están las que pueden ser potencialmente peligrosas pero tienen uso terapéutico.