Opinión
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Artistas contra la Discriminación Lingüística
D

esde hace varios años vengo desarrollando un trabajo de seducción a través de los medios de comunicación. Mi empeño es que la sociedad mayoritaria sepa de la existencia de los otros, de las otras.

Algo que parece obvio, la pluralidad de nuestro país es, sin embargo, ignorada por la inmensa mayoría. Y, como ya se sabe, nadie puede apreciar lo que no conoce. Así que fuimos a los medios para hablar de nosotros. De las otras. En un acto de arrojo lo conseguimos. Desde hace 11 años (con tropezones y sinsabores incluidos, varios despidos y atropellos documentados a la libertad de expresión pueden dar cuenta de ello), Las plumas de la serpiente, nuestra sección con Carmen Aristegui en sus distintos espacios, da cuenta de las afrentas, los aportes, las virtudes, las injusticias, que ocurren –y eso habla de su vitalidad– en los pueblos indígenas de nuestro México tan querido y vapuleado. Huimos un tanto de la radio comunitaria. De la radio comunitaria indígena, no por desprecio, sino porque convencido estoy de que no hay que predicar para los convencidos. La discriminación viene del otro lado. Y hay que hacerle frente. Increíble que en un país donde se hablan más de 60 lenguas sea sólo una la que se vea reflejada en los medios de comunicación masivos. México no es sólo castellano.

Un ejemplo de nuestra ignorancia es el artículo 230 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR), publicada en el Diario Oficial de la Federación el 14 de julio de 2014, que establece lo siguiente:

Artículo 230. En sus transmisiones, las estaciones radiodifusoras de los concesionarios deberán hacer uso del idioma nacional. Lo anterior, sin perjuicio de que adicionalmente las concesiones de uso social indígena hagan uso de la lengua del pueblo originario que corresponda.

Este despropósito también se podría explicar de otra manera: ningún punto del espacio radioeléctrico que se encuentre ajeno al apellido indígena puede transmitir las lenguas de estos pueblos.

Se infiere que la expresión idioma nacional, en singular, se refiere al español. El hecho de que el artículo señale que adicionalmente las concesionarias de uso social indígena podrán usar la lengua indígena del pueblo originario que corresponda implica que en la expresión idioma nacional no se incluye a las lenguas del México de más antes, y deja en claro que, para el Congreso de la Unión, ese es el idioma nacional.

Fue bajo esta alarma que quien estas líneas escribe –impulsor del uso de las lenguas originarias en los medios de comunicación masivos– se puso en alerta, e interpuso una demanda de amparo contra este artículo para proteger su derecho individual –como escritor, poeta y periodista indígena, hablante del náhuatl– de poder expresarse en su lengua en cualquier radiodifusora, así como para proteger el derecho colectivo de los pueblos y comunidades indígenas para expresarse a través del espacio radioeléctrico mexicano y no únicamente en aquellas que sean concesionarias de uso social indígena.

Fue resuelto en primera instancia por el juzgado segundo de distrito en materia administrativa especializado en competencia económica, radiodifusión y telecomunicaciones. Dicho juzgado sobreseyó –desechó– el juicio, entre otras cosas porque, según ese juzgado, éste que le escribe no probaba su calidad de indígena ni demostró un interés jurídico. Ante ello interpusimos un recurso de revisión, el cual fue resuelto por el segundo tribunal colegiado de circuito en materia administrativa especializado en competencia económica, radiodifusión y telecomunicaciones. Dicho tribunal revocó el sobreseimiento del juzgado, entre otras cosas, reconociendo la calidad de indígena de quien esto comparte y el interés legítimo que poseo para combatir el artículo 230 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, tanto para tutelar mi derecho individual como el derecho colectivo de los pueblos y comunidades indígenas.

El tribunal envió la cuestión constitucional, es decir, la decisión sobre si el artículo 230 de la LFTR es inconstitucional por ser discriminatorio y violatorio del derecho a la libertad de expresión, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La primera sala de la Suprema Corte decidirá en definitiva esta cuestión al resolver el amparo en revisión 622/2015, que se encuentra en la ponencia del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Se espera que el juicio se resuelva en los próximos meses.

Un país que poco a poco logra hacerse visible en su multiculturalidad y pluriversos debe abrir, no cerrar. Debe incentivar la visibilización de los múltiples rostros que cada vez se ocultan menos o que cada vez son más difíciles de ocultar.

Artistas contra la Discriminación Lingüística, título de esta entrega, es un colectivo que pretende sumar. Que busca sensibilizar a los artistas para que se pronuncien contra un cáncer criminal: la discriminación por lengua. Los artistas dan cuenta del país que construyen con sus múltiples aportaciones a la disertación y sublimación de lo humano. Los artistas son también constructores de la sociedad que los admira.

La generosidad de Gabriel Macotela, Demián Flores, Jesús Miranda, Gustavo Monroy y Antonio Gritón y la preocupación por este tema quedaron impresas en una carpeta con cinco grabados que se venderán próximamente para pagar los emolumentos de nuestros abogados, que han logrado llevar una discusión nodal para el país a la Suprema Corte.

Diseños exclusivos y de edición limitada salen a la venta para hacer frente a una arbitrariedad que hace constar lo intrincado de los caminos de la inclusión en un país multinacional que se niega a mirarse el ombligo. Artistas contra la Discriminación es un intento social y artístico por hacer frente al oscurantismo que atenta contra, como la Constitución Política mexicana expresa a pie juntillas en su artículo segundo, la composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas, que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.

Para que esto ocurra lo tenemos que exigir juntos. Los necesitamos, nos necesitamos. México nos necesita, incluidos a los pueblos de más antes y sus lenguas representadas en todos los medios de comunicación mexicanos. Eso es un derecho irrenunciable. Están todos invitados. Artistas contra la Discriminación Lingüística, título de esta entrega, es un colectivo que pretende sumar. Esté atento.

Tlazkamati miak.