Madrid.

A una semana de las elecciones generales más reñidas en la historia reciente de España, los dos partidos emergentes –Ciudadanos y Podemos– protagonizaron este domingo un baño de masas en Madrid, y enarbolaron la bandera del cambio y el fin del bipartidismo.

Madrid se inundó de banderas y pancartas moradas, de Podemos, el partido nacido hace algo más de un año para dar cauce político a la indignación del movimiento ciudadano 15-M, y de naranja, el color del derechista Ciudadanos, formación que creció con la idea de construir un movimiento para regenerar el sistema político español, afectado por la corrupción, el nepotismo y la falta de credibilidad de los dos grupos tradicionales: el conservador Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

La mayoría de los sondeos de cara a las elecciones del domingo 20 confirman que el PP volverá a ganar, aunque sin mayoría absoluta. El segundo lugar lo disputan PSOE y Ciudadanos. Y en Madrid, Ciudadanos aparece como favorito.

En el estadio multiusos conocido como Caja Mágica, más de diez mil personas corearon sin cesar el nombre de Pablo Iglesias. Podemos se presentó como alternativa de gobierno al poner de ejemplo dos alcaldías: la de Madrid, dirigida por Manuela Carmena –que no acudió al acto proselitista– y de Barcelona, por Ada Colau, la ex activista antidesahucios que sí se ha volcado en la campaña de Iglesias.

En el Palacio de Vistalegre, al grito de presidente, presidente, Albert Rivera, candidato de Ciudadanos, advirtió ante miles de seguidores: igual que conseguimos que el cinturón rojo de Barcelona se volviera naranja el 27 de septiembre, hoy hemos conseguido que Vistalegre sea naranja, Madrid será naranja y España va a ser naranja.