El curador y crítico de arte Erik Castillo, al presentar el libro La suave matria, del artista Daniel Lezama, señaló que la publicación “redondea una carrera que podemos ya consignar como histórica en el escenario del arte contemporáneo.

El trabajo realizado por el pintor con la galería Hilario Galguera, su producción y el reconocimiento crítico a su pintura es indiscutible, afirmó.

En el acto, realizado el jueves pasado en la misma, Castillo precisó que el libro no es un análisis de la obra de Lezama, ni tampoco un catálogo de una exposición, sino una selección de imágenes que el artista ha producido en su carrera y que pueden servir para entender y tener una conexión con el propio creador.

También comentó que el artista apuesta a una forma del arte relacionada con el misterio y hace mucho tiempo que el misterio no tiene que ver con el arte contemporáneo, que es discursivo e inteligente y con urgencia por señalar y ser una evidencia sobre los problemas políticos y sociales.

Explicó que el arte hoy día debe ser preciso; sin embargo, Lezama no tiene prisa en ser claro y consideró que su obra es un recordatorio y una apuesta relacionada a la contemplación.

“Su pintura –explicó– está hecha para verse en un largo tiempo, para volver a ella una y otra vez, y que esto exista en un libro, lo más indicado para la fascinación. Daniel Lezama representa una de las formas más interesantes de entender hoy el arte, que es entenderlo sin prisa.”

Dijo que el artista hace un llamado desde el arte a tomar la calma de equivocarnos, a enfrentarnos a imágenes poderosas, como es nuestra memoria, nuestra vida.

El escritor Sergio González Rodríguez, quien realizó el prólogo del libro, afirmó que la pintura de Lezama consigna, contempla, piensa y disfruta, al rozar un trasfondo mental y afectivo de un país irrenunciable.

El autor de Los 43 de Iguala. México: verdad y reto de los estudiantes desaparecidos recordó obras del artista que ha exhibido en el Museo de la Ciudad de México: los cuadros en gran formato de Daniel Lezama, vuelven una y otra vez, expresan aquella condición posmexicana, el dolor, la ironía, la carcajada, el desencanto, el fervor, la perplejidad de una raza de mestizajes arraigada en la tierra. Ficciones corpóreas y urgentes desarrolladoras insultantes y al final carentes de escándalo.

Para González Rodríguez, los cuadros de Lezama son ficciones que emite su memoria, su inteligencia, una reconfiguración espléndida de mitos, de símbolos e imágenes de la cultura mexicana.

Lo suyo es una de las estrategias creativas más potentes, a mi juicio, que conozca para desmenuzar y hacer que reaparezcan las formas y contenidos de una tradición cultural, impregnados de negatividad, algo que enriquece el origen, agregó.

Además de la presentación del libro La suave matria, editado por la Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Lezama inauguró su exposición Monotipos.