Análisis subraya la debilidad del país, pese a las políticas derivadas del libre comercio
El valor agregado que aporta a sus exportaciones es de 12%, mientras el de Brasil es de 25%
Domingo 13 de diciembre de 2015, p. 9
México no ha desarrollado una industria sobre las tecnologías de la información (TIC) que estimule o impacte a todo el sector productivo nacional, como ha ocurrido en otras naciones, advierte un análisis difundido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La producción de bienes de las TIC abarca la fabricación de equipo de cómputo, comunicación y medición, y va ligado a los servicios que genera la misma industria en cuestión de Internet, información, procesamiento de datos, telecomunicaciones, industria fílmica, video, sonido, radio y televisión.
Poco es el valor que México aporta a las cadenas globales de valor de las TIC –agrega el documento del organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas, pese a que se ha convertido en el segundo productor más importante de pantallas de televisión y en el quinto de sistemas operativos y procesamiento de datos, telecomunicaciones, partes y accesorios.
Además, el efecto de arrastre
que han tenido las TIC en el resto de las actividades productivas de México ha sido bastante débil
, pero resulta consistente con la política pública que ha predominado al respecto, pues se apostó por la atracción de inversión extranjera directa (IED) dadas las ventajas del país en costos, la proximidad a Estados Unidos y la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
, puntualiza la investigación publicada por la Cepal y que fue elaborada por Leobardo Enríquez y Claudia Shatan, miembro del Grupo de Análisis Estructural de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México y consultora independiente, respectivamente.
Con la dispersión mundial de las TIC, muchas empresas fabricantes de equipos originales se asentaron en México y eso ha llegado a ser considerado un éxito, pero no trajeron los segmentos de tecnología de punta al país, ni contribuyeron a transferir tecnología
. El sector se volvió muy vulnerable a los vaivenes de las decisiones de las trasnacionales y del mercado mundial, además de que entre mayor sea la proporción de importaciones, menor será el impacto de las TIC en la economía interna.
En el documento se pondera la repercusión que las TIC pueden tener en el desarrollo económico de cada país, ya que se utilizan prácticamente en todos los ámbitos productivos. Lo mismo sirven para facilitar y diversificar las actividades financieras que para simplificar trámites gubernamentales y ampliar los servicios de salud y educación. La industria electrónica se ha convertido en el mayor productos de bienes de consumo en el mundo y los componentes digitales prácticamente son utilizados en los equipos de todos los sectores, incluidos los más tradicionales como el agropecuario y el textil.
Sin embargo, plantea la hipótesis de que en México las TIC muestran un lento avance en la producción de bienes y servicios y en su uso por parte de los demás sectores productivos, lo que señala que el modelo de política industrial que se ha seguido ha sido insuficiente
.
El sector está rezagado y carece de metas claras de eficiencia y competitividad. El valor agregado que México aporta a la manufactura de los productos tecnológicos suele ser limitado, más aún si se concentra en eslabones de menor valor de la cadena, tales como la fabricación de insumos genéricos, ensamble y empaque.
El documento refiere que el valor agregado que México aporta a sus exportaciones es de sólo 12 por ciento, menos de la mitad respecto a 25 por ciento que registra Brasil, de acuerdo con la Base de Datos Estadísticos de las Naciones Unidas sobre el Comercio de Productos Básicos (Comtrade).
El problema de México se origina desde que empresas e individuos tienen poco acceso a las TIC en comparación con otras naciones, pues no se han hecho las inversiones suficientes al respecto, lo que limita la capacitación de la población en materia digital y el desarrollo de la competitividad por parte de los sectores productivos.
De hecho, según el Foro Económico Mundial, el país ocupa el lugar 79 entre 148 naciones evaluadas en el índice de grado de preparación en relación con las TIC, 10 lugares debajo de Brasil, que apostó a que estas tecnologías sean más asequibles para la población, además de contar con mejor infraestructura y apostar por su mercado interno.