La distinción se otorga cada año a las mejores tesis para obtener el grado de doctor
Los ganadores son Carlos Escamilla Alvarado, en el área de tecnologías y ciencias de la ingeniería; Susana Guzmán Rosas, en ciencias sociales y humanidades; Raúl Nava Acosta, en ciencias biológicas y de la salud, y Néstor Quintero Poveda, en ciencias exactas y naturales
Miércoles 9 de diciembre de 2015, p. 2
El Premio Arturo Rosenblueth 2015, la distinción académica más importante que otorga anualmente el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), fue concedido este año a los siguientes temas de investigación: un modelo de biorrefinería que produce combustibles a partir de desechos orgánicos; la relación del saber indígena sobre plantas medicinales con la ciencia contemporánea; un proceso biológico para evitar que la bacteria E. coli provoque infecciones intestinales en niños, así como un estudio que describe las interacciones de partículas subatómicas sin carga (neutrinos).
Este premio se entrega a las mejores tesis con las que los alumnos del Cinvestav consiguen el grado académico de doctor.
En el área de tecnologías y ciencias de la ingeniería el ganador fue Carlos Escamilla Alvarado, del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería. Propuso un proceso modelo de biorrefinería basado en la integración de varias tecnologías para obtener productos de alto valor agregado, como hidrógeno, metano y enzimas, a partir de residuos sólidos urbanos. De aplicarse a escala industrial, este proyecto permitiría a las ciudades obtener energía en forma sostenible, reduciendo su huella de carbono.
En ciencias sociales y humanidades la ganadora fue Susana Carolina Guzmán Rosas, de la Unidad Saltillo, egresada del Programa transdisciplinario en desarrollo científico y tecnológico para la sociedad. La científica analizó, a partir de seis estudios, la relación que existe entre el conocimiento derivado de la tradición indígena sobre plantas medicinales y la construcción de saberes en la ciencia mexicana.
En el área de ciencias biológicas y de la salud el triunfador fue el alumno Raúl Salvador Nava Acosta, egresado del Departamento de Biología Celular del Cinvestav, quien mediante cultivos de laboratorio encontró que si se modifica la información genética de la bacteria Escherichia coli, de manera que se evite la expresión de la proteína denominada Pet –una toxina que daña al tejido intestinal de niños que han sido infectados por el microorganismo–, es posible evitar el daño celular.
La tesis reconocida en el área de ciencias exactas y naturales correspondió a Néstor Hernando Quintero Poveda por su tema relacionado con los neutrinos. Egresado del Departamento de Física del Cinvestav, planteó la integración de nuevas partículas elementales como resultado de la producción y posterior desintegración de un tipo de neutrinos. Puesto que son neutros y casi no interactúan con la materia ordinaria, son muy difíciles de detectar.
Cada segundo, cada centímetro cuadrado de nuestro cuerpo es atravesado por unos 7 mil millones de neutrinos procedentes de las radiaciones del Sol. Mediante diversos experimentos, Quintero analizó qué procesos físicos podrían ser sensibles a la existencia de estas elusivas partículas, lo cual podría ayudar a diseñar instrumentos que permitan detectarlas.