A partir de enero no podrán hacer 6 estudios de laboratorio; equipos y reactivos, descontinuados
Lunes 7 de diciembre de 2015, p. 45
Más de 50 clínicas familiares del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) quedarán sin insumos para realizar seis pruebas de laboratorio a partir de enero. Los equipos y reactivos con los que la institución ha trabajado en la última década están descontinuados.
La empresa fabricante desde 2012 informó que a pesar de ello, funcionarios del instituto asignaron los contratos al mismo distribuidor durante este periodo, con costo 34 por ciento más caro respecto de las ofertas de otros proveedores.
Además del sobreprecio que ha pagado el Issste a la empresa Diproquisa –sobre todo en los años recientes, cuando aumentó el número de concursantes–, en 2015 le asignó los contratos en forma directa, es decir, sin licitación, contra lo que estipula la Ley de Adquisiciones, denunciaron algunos posibles proveedores.
Este mecanismo de asignar contratos de modo directo es una de las anomalías señaladas hace dos años por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en el análisis que realizó sobre los procedimientos administrativos del Issste.
En aquel entonces el organismo internacional resaltó que los contratos directos no garantizaban que el instituto obtuviera las mejores condiciones de compra y en cambio le perjudicaba económicamente. Según la denuncia de empresarios, esta práctica persiste en el Issste.
En 2014 sí hubo licitación, pero el organismo pagó 968.50 pesos por cada estudio clínico que se realiza mediante el método de laminillas química seca
. En tanto, los competidores ofrecieron el mismo servicio en alrededor de 600 pesos, pero con diversos argumentos, la mayoría de veces sin sustento, han sido descalificados, dijeron los afectados,
El problema inmediato que enfrentan 57 clínicas familiares de 25 delegaciones del instituto en el país, donde opera el programa a cargo de la Dirección Médica del Issste, es que se quedarán sin reactivos para el procesamiento de los análisis de glucosa, colesterol, triglicéridos, ácido úrico, creatinina y urea porque se realizan en sistemas de química clínica Vitros DT60 II. Desde junio de 2012, el fabricante Ortho Clinical Diagnostics notificó a sus distribuidores que a partir de ese año ya no se venderían estos equipos.
En enero de 2014, también informó que el servicio, refacciones y servicio para estos equipos finalizaría el 31 de diciembre de 2015. La Jornada tiene copia de ambos documentos y solicitó al Issste información sobre este asunto, pero no hubo respuesta.
Sobre los reactivos, Ortho Clinical Diagnostics indicó a los distribuidores que habría para ese año y hasta agotar todo el inventario. Aun así, el Issste asignó los contratos a Diproquisa en 2015.
Las consecuencias las pagarán los derechohabientes a partir de enero, pues no habrá los insumos para las pruebas clínicas y la licitación para el abasto de 2016 apenas se prepara, según la información de proveedores que, sin éxito, han denunciado las irregularidades.
No hay licitaciones
Los inconformes aseguraron que el área médica del Issste ha pasado por alto las deficiencias de Diproquisa
y lo que es peor –dijeron– es que hay la intención de permitirle cambiar los viejos equipos por nueva tecnología en las siguientes semanas, lo que es ilegal si no hay contrato de por medio. Confiaron en que con el cambio de funcionarios que hubo recientemente en el área administrativa se terminen las anomalías.
Señalaron que el instituto realizó en septiembre pasado un estudio de mercado que servirá de base para la licitación de 2016, pero no pidió información a las empresas que podrían proporcionar el servicio al Issste para clínicas que, en promedio, atienden alrededor de 30 derechohabientes al día.
Según información extraoficial, para que Diproquisa pueda hacer el cambio por equipos nuevos de mayor tamaño se requerirán de obras de remodelación en las clínicas, lo cual también estaría fuera del marco legal.