La tecnología les da acceso a demasiadas cosas y todavía no están preparados
La red empuja a los usuarios a revelar lo privado y premia a quien tiene más contactos, advierte
El consejo que regularmente se da a los niños de no hablar con extraños no puede ser aplicado a Internet; ahí en realidad todos somos extraños, señaló el especialista Urko FernándezFoto Guillermo Sologuren
Lunes 7 de diciembre de 2015, p. 42
Los más susceptibles de ser víctimas de un delito o agresión por Internet son los niños y los adolescentes. Consejos familiares como no hables con extraños
o no cuentes todo sobre ti
se dejan de lado en la web.
Esta tecnología empuja a los usuarios a contar muchas cosas, incluida la privacidad
, señaló Urko Fernández, experto en atención de riesgos contra menores en Internet y director de proyectos de la asociación civil española Pantallas Amigas. Agregó que los riesgos más frecuentes a los que se enfrentan los menores son ciberacoso, pornografía infantil y trata de menores.
Los datos a escala global son contundentes. Aunque no hay estadísticas oficiales, se calcula que entre 10 y 13 por ciento de los estudiantes de 12 a 17 años en varios países, entre ellos México, España y Venezuela, son víctimas de ciberbullying. En tanto, datos de Unicef estiman que 1.2 millones de niños son objeto de trata cada año, y muchos de ellos fueron contactados por Internet.
En entrevista durante las actividades del 17 Congreso de Seguridad en Cómputo, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hace unos días, el especialista señaló que todo lo que está en la red debe ser sospechoso hasta que se compruebe lo contrario.
El consejo que regularmente se les da de no hablar con extraños no puede ser aplicado a Internet; ahí en realidad todos somos extraños. La red premia lo contrario: contactar al mayor número posible de personas. El mejor es el que tiene 3 mil seguidores en Twitter, 500 amigos en Facebook o al que siguen 10 mil personas en un canal de YouTube
.
A diferencia de los adultos, los menores son nativos digitales
, pero a la vez –señaló Fernández– son los menos capacitados para prevenir riesgos. Los hemos obligado a ser más maduros o adultos de lo que son; les han dado una tecnología que les proporciona acceso a demasiadas cosas y todavía no están preparados
.
Aunado a ello, añadió, padres y maestros no tienen las herramientas para entender cómo navegan y usan la web los menores. “Son muy inocentes e Internet está creando modas que impulsan a la gente a contar cosas que no parecerían importantes, como qué comeremos o si saldremos. La web se ha encargado de que eso hoy importe y recibimos respuesta inmediata con likes o retuits, lo que nos lleva, sobre todo a los menores, a contar muchas más cosas, a revelar la privacidad y exponerse a riesgos. Ellos no pueden tomar la decisión de cuánta privacidad dar a conocer, por ello necesitan orientación”.
El experto señaló que es necesario crear intuición en ellos para que sean capaces de detectar riesgos y aprender a conocer a la gente por Internet. No podemos prohibir todo; al igual que en la vida, se debe aprender en lo digital. Deben aprender a hacer amigos por Internet y a asegurarse que son buena gente. No se pude crear una red 100 por ciento segura; Internet ya es parte de la vida y en la vida pasa de todo y hay que vivirla. Arriesgarse, pero conociendo los riesgos
.
Lo mejor es brindar amplia información a los menores, apoyarlos para detectar los primeros síntomas tanto en la vida real como en la virtual, acompañarlos, darles confianza. Es fundamental que sepan que pueden contar con la familia, con los colegios, un amigo e incluso con la policías cibernética. Hay que enseñarles a desconfiar de Internet. De hecho, los adultos deberían desconfiar también, pues de entrada podemos decir que todo lo que ocurre en la web es falso o sospechoso. Compartimos la red con 3 mil millones de personas, casi la mitad de la población está ahí. Es una ciudad de grandes dimensiones donde hay personas con buenas o con malas intenciones
.
Fernández llamó a no ser paranoicos, sino precavidos, y sobre todo a destacar los beneficios de la red.