El América volvió a quedarse con nueve jugadores por expulsiones de Goltz y Sambueza
Quintero, quien anotó un doblete, acusó a Verón de agresión; el zaguero negó haberlo llamado simio
Gol de Andrade aumentó el nerviosismo
Hicimos lo que debíamos para sacar el resultado: Vázquez
Lunes 7 de diciembre de 2015, p. 2
En una semifinal de delirio, infartante, que puso a la afición –tanto local como visitante– al borde de una crisis de nervios, los Pumas, pese a brindar uno de sus peores partidos, se instalaron en la final del torneo Apertura 2015 ante Tigres, tras caer en casa 1-3 (global 4-3) ante el América.
A las Águilas, que este lunes viajan a Japón para enrolarse en el Mundial de Clubes, les sobró corazón, pero murieron del mal que las aquejó durante todo el torneo: la indisciplina. Terminaron el encuentro igual que en la ida, con nueve hombres, por expulsiones de Paolo Goltz y Rubens Sambueza.
Los Pumas se sintieron ganadores con demasiada anticipación. Junto con su público, soñaban que serían 90 minutos de mero trámite. La verbena auriazul fue indiferente al frío y el himno universitario se entonó con fervor religioso, las goyas estallaban a veces al unísono y otras dispersas por el óvalo pintado en azul y oro, con la cabecera sur en amarillo.
Pero como en un guión de terror la fiesta se congeló y el nerviosismo se instaló muy pronto en el graderío. El América tomó la manija y sembró el silencio con un par de disparos de Darío Benedetto; el ambiente de funeral llegó al minuto 8 mediante el colombiano Darwin Quintero.
Benedetto avanzó por la derecha, superó a los distraídos defensas y centró para el inspirado Quintero, quien puso el 0-1. Incredulidad en las tribunas y pasmo entre los jugadores auriazules. Darwin estaba en otra dimensión, conectado. Él mismo corrió a recoger el balón al fondo de la meta para llevarlo al centro del campo. Había prisa; el América debía meter otros tres.
Al minuto 15 Javier Cortés chocó con Javier Güemez; el americanista ya no se levantó y salió en camilla directo al hospital con fractura de tibia de la pierna derecha. Cinco minutos jugaron los amarillos con un hombre menos porque al 20 entró Oswaldo Martínez.
La figura de Quintero adquirió tintes de héroe. El colombiano encajó el segundo tanto tras una serie de pases con Benedetto. Entraron como patinando sobre hielo, deslizandose a placer por el centro ante unos jugadores universitarios en plan de espectadores de lujo a los que sólo les faltó aplaudir.
Los Pumas estaban encajonados, sin posibilidades de quitarse de encima al verdugo. En el banquillo local el técnico Guillermo Vázquez puso a calentar a Matías Britos, quien entró por David Cabrera. Y al inicio del complemento sacó al inoperante Fidel Martínez e ingresó a Daniel Hachita Ludueña.
Los ánimos estaban cada vez más caldeados, el Pikolín II, Alejandro Palacios, se retorcía por el pasto en cuanto sentía el mínimo contacto de los atacantes águilas. Entonces, el técnico visitante Ignacio Ambriz decidió jugarse el todo por el todo: mandó al campo a Michael Arroyo y sacó a Osmar Mares.
Y si Ambriz hizo todo por ir al frente, el local, Guillermo Vázquez, procuró defenderse con la entrada de Josecarlos Van Rankin por Eduardo Herrera; la suerte estuvo de su lado, porque al minuto 70 Paolo Goltz recibió segundo cartón amarillo por falta sobre Ludueña (la primera fue por protestar al silbante Jorge Isaac Rojas la acción que dejó lesionado a Güemez). Y al 77 Sambueza vio tarjeta roja directa por pisar a Ismael Sosa cuando el atacante puma estaba en el suelo.
El cómo no te voy a quereeer...
se escuchó en las tribunas; sin embargo, la tensión no bajó, hubo un conato de bronca entre Darío Verón y Darwin que desató empujones y reclamos. La fiesta resurgió al minuto 82 con el tanto de Javier Cortés a pase de Ismael Sosa (1-2). Pero de nuevo se instaló el temor para los locales tras el soberbio golazo de Andrés Andrade (1-3) que entró por el ángulo superior izquierdo.
El América ganó un par de tiros de esquina en los últimos instantes, Muñoz fue al frente para intentar rematar, y tras el pitazo final de nuevo surgieron las corretizas. La afición puma gritaba: ¡Ar-di-dos, ar-di-dos!
y Oeee, oe, oe, oe, Veeerón, Verón
.
Vázquez declaró que fue “un partido muy complicado, sabíamos que se podía presentar así; tuvimos que modificar según nos fuera conviniendo. Ya veremos qué podemos hacer (en la final) dependiendo del rival. El equipo peleó lucho, tuvo la inteligencia de no caer en provocaciones, nosotros jugamos con fair play.
Fue sufrido porque ellos no tenían nada que perder y fueron al frente con todo, tienen mucha gente de suplente, uno qué quisiera, lo importante es que lo resolvimos. Así se juegan las liguillas, yo sigo pensando que el equipo hizo lo que tenía que hacer para sacar el resultado, hubiéramos querido no recibir ningún gol, pero se pasó a la final y ya veremos qué hacemos.
Benedetto se quejó por la lesión de Güemez: ¡Qué vergüenza. Fracturan a un jugador y ni amarilla le sacan. Cagones!
, escribió en Twitter. El portero Muñoz redactó: ¡No puedo estar más orgulloso de mi equipo, hoy demostramos cómo juega un equipo grande! Con garra, entrega y buen futbol
. Antes, Moisés acusó a Darío Verón de haber llamado simio
a Quintero.
El capitán puma negó esa versión y dijo que los americanistas no saben perder. Me buscó mucho Quintero, no sé por qué. Me quería cabecear, no dije nada, no me metí con ellos... No saben perder
, reiteró.
Por la noche, cuando ya era trending topic en redes sociales #VerónRacista, Quintero emitió un comunicado en Twitter en el que ratificó la agresión verbal; dijo que cuando viene de afuera de la cancha no tiene por qué sacarte de concentración, pero cuando una persona que está dentro lo hace, uno no se puede quedar callado
.
Detienen a 29 personas
Tras el partido, la policía capitalina remitió a 29 personas al juez cívico por reventa de boletos y propiciar la venta de éstos. Del total, cuatro fueron remitidos al Ministerio Público por distintos delitos, aunque no se especificaron cuáles.
La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) reportó saldo blanco tras el operativo de vigilancia en el que se desplegaron más de 4 mil elementos.
Sin embargo, dos de los uniformados que vigilaban las inmediaciones de Ciudad Universitaria fueron atropellados por una camioneta de Bomberos. Los elementos de la SSP-DF tuvieron que ser trasladados en helicóptero para su atención.
La vigilancia en el partido de vuelta de la semifinal de la Liga Mx fue supervisado por el titular de la policía capitalina, Hiram Almeida Estrada.
Desde las 8 horas de ayer, la SSP-DF desplegó en las inmediaciones del estadio Olímpico Universitario a 4 mil 689 elementos
(Con información de Mirna Servín Vega)