El centro de estudios analiza resultados de la reforma laboral a casi tres años de vigencia
Con la flexibilización en los contratos se observó desaceleración en la creación de empleos
Domingo 6 de diciembre de 2015, p. 23
A prácticamente tres años de haberse instrumentado la reforma laboral sus resultados presentan claroscuros, pues no se advierte un efecto definido en el crecimiento del empleo derivado del cambio estructural, en particular el empleo de los jóvenes, que disminuyó en los años posteriores a la reforma, aseguró el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP).
En un análisis señala que hay una disminución anual de un aproximado de 100 mil jóvenes ocupados de 2012 a la fecha. Precisa que al primer trimestre de 2008 había 14 millones 467 mil 794 jóvenes ocupados, mientras para el mismo periodo de 2012 ascendió a 14 millones 814 mil 86 empleos y para el primer trimestre de 2015 disminuyó a 14 millones 538 mil 923 jóvenes empleados.
Asevera que hasta este momento no parece que la reforma esté teniendo efectos en esta población cuya edad oscila entre 15 y 29 años.
Por otro lado, señala que durante la vigencia de la flexibilización laboral se observó una desaceleración en la creación de puestos de trabajo, pues durante el periodo de 2008 a 2012, se registró un crecimiento promedio de 6.9 por ciento en el empleo, al pasar de 44.6 millones a 47.7 millones de puestos de trabajo, mientras entre 2012 y 2015 la tasa fue en promedio de 4.4 por ciento, índice menor al ascender de 47.7 a 49.8 millones, respectivamente.
Además, no se advierte que la reforma laboral haya contribuido a mejorar los principios de equidad en las remuneraciones entre mujeres y hombres: la mejora en el índice de discriminación laboral, que se observaba a partir de 2008, se revirtió en 2014. Adicionalmente, las mujeres siguen ganando menos que los hombres: en los últimos dos años disminuyó en un peso el ingreso promedio real por hora trabajada de las mujeres.
En el caso de los salarios reales, se aprecia una recuperación durante los dos últimos años, pero como resultado de una tendencia que se inició en 2010, lo que indica que no es posible atribuir completamente este comportamiento a la reforma laboral.
A raíz del análisis del CEFP se determina que en la última década se ha generado un déficit de empleo de 4 millones 873 mil 623 puestos. Este déficit se observó más afectado durante la crisis económica mundial de 2009, que causa que se incremente en la misma proporción los niveles de informalidad y desocupación nacional.
El análisis Evaluación de los primeros resultados de la reforma laboral afirma que tras la crisis económica de 1995 se incrementó la ocupación en los trabajos informales, y se estabilizaron en 65 por ciento de la población ocupada, lo que representa alrededor de 28 millones de trabajadores, de un total de 44 millones de trabajadores ocupados. La creación de empleos informales, ocurre principalmente en la micro empresa.
Destaca que México es considerado un país donde es demasiado complicado cumplir con las regulaciones fiscales, o pagar impuestos. Esto reduce la disposición a respetar con las regulaciones, prefiriéndose la evasión y la generación de trabajos informales, ante la baja percepción de servicios públicos de calidad y alta impresión de corrupción en el gobierno.
Por otra parte, no se aprecia un cambio sustantivo en el comportamiento de la productividad laboral, ni en su ciclo ni en su ritmo, posterior a la aprobación de la reforma a la Ley Federal del Trabajo.
Aun cuando los valores registrados en 2013 y 2014 son los más altos de la serie, este resultado es predecible, a partir de la tendencia observada. Incluso, es de destacar que el crecimiento del Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) en México ha sido parsimonioso, pues en los pasados 10 años únicamente ha aumentado 26 por ciento, característica que no fue alterada, hasta ahora, por la entrada en vigor de la reforma.
El CEFP explica que el comportamiento de la productividad laboral se caracteriza por ser cíclico: el primer y tercer trimestre de cada año observan una disminución, en tanto que los trimestres segundo y cuarto presentan valores de recuperación y aumento.
Si se divide la serie de valores en dos etapas: la anterior a la aprobación de la reforma, en el cuarto trimestre de 2012, y la de los años de su vigencia a partir del primer trimestre de 2013 y al mismo periodo de 2015, haciendo abstracción del año de crisis, no se aprecia un cambio sustantivo ni en el comportamiento ni en el ritmo de crecimiento entre ambas.
Durante la primera fase, la productividad laboral aumentó a un tasa promedio anual de 6.4, en tanto que en los años de vigencia de la reforma lo hizo en 6.6 por ciento.