Sin ser propietaria de una sola funda de almohada, Airbnb se convirtió en empresa líder en alojamiento a nivel mundial. Ofrece desde un colchón para pasar la noche en un sencillo apartamento hasta la posibilidad de alquilar un castillo durante una semana o una villa durante un mes entero. Es parte del fenómeno conocido como economía colaborativa, a través de la cual los propietarios alquilan mediante una plataforma digital algo que ellos no están utilizando, como un coche, una casa o una bicicleta, a un extraño para que haga uso de ellos.

Actualmente la compañía, fundada en 2008 en San Francisco, California, ofrece más de 2 millones de alojamientos en 190 países a través de un mercado comunitario basado en la confianza en el que la gente publica y reserva alojamientos en todo el mundo.

Los servicios de Airbnb no han estado exentos de polémica: huéspedes que destruyen propiedades, lo que ha llevado a la empresa a contratar un seguro; o casos, como uno documentado por The New York Times, el 14 de agosto pasado, de un usuario del servicio que aseguró haber sufrido un asalto sexual en un departamento que alquiló en Madrid y que plantea el tema de la responsabilidad de Airbnb por la seguridad de sus usuarios.

En México la empresa DadaRoom.com se convirtió en el servicio líder de búsquedas de alojamiento en el Distrito Federal durante su primer año de vida (2013) con un registro de más de 20 mil jóvenes que encontraron hospedaje mediante la búsqueda en ese sitio.

De acuerdo con datos de la empresa Comscore (una compañía de investigación de marketing en Internet), actualmente DadaRoom cuenta con más de 100 mil roomies inscritos y 30 mil cuartos disponibles en México.

Otra de las empresas de economía colaborativa que están empezando a tener mayor presencia en México es BlaBlaCar, una aplicación que conecta a personas que buscan viajar de una ciudad a otra, o dentro de la misma ciudad, compartiendo su auto, sin gastar tanto y con la posibilidad de elegir entre perfiles con información validada y reseñas de otros usuarios previamente revisados por la empresa.

La empresa, fundada en 2009 en Estados Unidos, cuenta en la actualidad con más de 20 millones de usuarios en 20 países, y tiene más de 300 millones de dólares fondeados a la fecha, con lo que se ha convertido en una de las startups (empresas de nueva creación que parecen presentar grandes posibilidades de crecimiento y, regularmente, un modelo de negocio escalable) mejor financiadas de Europa.

De acuerdo con Albert Cañigueral, fundador y principal editor de ConsumoColaborativo.com, las bases del empoderamiento ciudadano son la coordinación masiva entre pares y la generación de confianza entre desconocidos, gracias a lo cual se crean servicios eficientes y escalables.

En un video colocado en su sitio de Internet, desde donde aboga por fomentar el consumo colaborativo, el especialista señala que las empresas que conectan personas por Internet regularmente colocan una calificación u opinión respecto del servicio que contrataron, lo que permite desarrollar un vínculo directo entre personas con base en la reputación y la confianza.

En el sector de la movilidad algunas de las empresas más conocidas en México son la española Cabify y la estadunidense Uber, plataformas que ponen en contacto a propietarios de automóviles con posibles usuarios. De acuerdo con el diario inglés The Guardian, actualmente Uber posee un valor de mercado superior al fabricante de autos estadunidense General Motors.

Las compañías de economía colaborativa pueden estar enfocadas a sectores como el de la movilidad, el educativo, turístico y de finanzas.

Idéame es una plataforma de fondeo colectivo que permite a los emprendedores recaudar dinero para llevar a cabo proyectos.

En dicha página, personas que requieren ayuda para financiar proyectos (desde grabar un disco hasta realizar un documental) lo pueden obtener a través del financiamiento colectivo.

Según Cañigueral, la economía colaborativa está cambiando la manera como las personas consumen, fabrican, se financian e intercambian valor en general.

Las ideas de fondo de estas iniciativas no son nuevas, pero gracias a las herramientas digitales están tomando nuevas formas, mayor, velocidad y escala, comentó.